A pesar de los fuertes argumentos expuestos por Boca Juniors para que se le proclame campeón sin jugar el partido de vuelta de la gran final de la Copa Libertadores, la Conmebol ha decidido que el encuentro finalmente se dispute. Será el próximo 8 o 9 de diciembre. Eso sí, el partido no se jugará en el Monumental, campo de River. Será fuera de Argentina. Queda por determinar en qué país y qué estadio se disputará el encuentro.
Los graves incidentes ocurridos el pasado sábado en los aledaños del Monumental, en la previa del encuentro de vuelta, obligaron a la Conmebol –estiró al máximo la cuerda para que el encuentro se disputara– a suspender el partido de vuelta tanto el sábado como el domingo pasados.
Boca se ampara en el propio reglamento para que el partido de vuelta no se dispute:
Aquí el petitorio que le hizo @BocaJrsOficial a la @CONMEBOL en una ampliación del informe que presentó. Son 5 puntos: pic.twitter.com/AdoxqGGLHl
— Leandro Aguilera (@Tato_Aguilera) November 27, 2018
El conjunto xeneize está indignado con la decisión de la Conmebol, a la que acusa de mirar solo por su propio negocio –el dinero que dejará el partido por los derechos televisivos será brutal– y amenaza con acudir al TAS.
Por su parte, la afición de River cree que pagan justos por pecadores. Muchos aficionados de bien se quedarán sin vivir en su propio estadio un partido único en la vida –imagínense un Real Madrid-Barcelona en Champions League–. El malestar entre los millonarios es tremendo.
Al final, la decisión de la Conmebol no ha contentado a nadie.