Saltaba la sorpresa en las últimas horas con la información del diario El País que avanzaba las intenciones del presidente del gobierno Pedro Sánchez de formalizar junto a Marruecos y Portugal una candidatura conjunta de cara al Mundial 2030. Era una noticia inesperada y, para muchos, sorprendente, pero lo más importante es que los principales actores implicados no tenían ni idea de que esto fuera una posibilidad real.
Según esa misma información, el propio Pedro Sánchez ya le había hecho llegar esa idea al primer ministro marroquí, Saadedín Al Othmani, y al rey Mohamed VI de Marruecos. Ambos habrían recibido esa propuesta de manera positiva una vez conocidas la intenciones del presidente español. Sin embargo, hay dos partes importantes de la ecuación que no tenían ni idea de lo que pretendía Sánchez: la RFEF y la Federación Portuguesa.
La pasada noche, la Cadena Cope adelantaba tres informaciones al respecto de la idea de Pedro Sánchez. La primera es que la Real Federación Española de Fútbol tiene decidido no organizar un Mundial conjunto con Marruecos. La segunda fue que Luis Rubiales, su presidente, no había hablado de nada sobre este asunto con el presidente del gobierno. Y, por último, ya pasada la medianoche, que Pedro Sánchez había llamado antes de las 00:00 horas a Rubiales para charlar de todo lo sucedido en el día de ayer.
En resumen, si nadie de la RFEF tenía conocimiento de la idea de proponer una candidatura conjunta, si tampoco en Portugal conocían estas intenciones y la Federación se niega a compartir terreno con Marruecos de cara a un Mundial, Pedro Sánchez ha vuelto a lanzar un órdago sin sentido que no se llevará a cabo salvo cambio radical de la situación.
A toda esta caótica escena hay que sumar que no se entiende que España necesite de uno o varios países para organizar un Mundial teniendo en cuenta las importantes insfraestructura que ya se tienen en territorio nacional. De momento, el proyecto mundialista de Sánchez ha empezado de la peor manera posible y apunta a fracaso.