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Lopetegui, los mensajes de las últimas horas y una bala en la recámara

Lopetegui puede estar ante una vida extra como entrenador blanco. 

El técnico blanco podría estar ante sus últimas horas en el Madrid | EFE

El que les escribe recuerda perfectamente cómo Carlo Ancelotti vivió con una sentencia sobre sus hombros durante once meses. El presidente Florentino Pérez perdió la confianza en el italiano mucho antes de su despido. Hacía poco más de un mes de la final de Lisboa y el italiano no podía sentirse fuerte en la entidad de Chamartín, pero aguantó hasta el final de temporada. Cuando se certificó la ausencia de títulos se le comunicó el despido.

Julen Lopetegui ya sabe que tiene pie y medio fuera del Real Madrid. El vasco no ha sido capaz de capitalizar el crédito obtenido por el anterior inquilino del banquillo blanco y parece abocado a una lenta agonía hasta que se produzca la llamada definitiva, o no, porque le queda una bala en la recámara. La semana, y en concreto el calendario, se han alineado junto al exseleccionador. La visita del Viktoria Pilsen, rival proclive para una goleada balsámica, y el viaje a un Camp Nou huérfano de Messi, podrían provocar que donde hablábamos de despido inminente, nos preguntemos si llega a Navidad.

Los mensajes relacionados con el inminente despido del entrenador se sucedieron durante la tarde del domingo. Las conversaciones que mantuvo el presidente del Real Madrid el sábado con varios pesos pesados del vestuario y la posterior charla tranquila con el técnico, hicieron suponer que la situación era límite aunque no definitiva. Pero la ausencia de seguridad en las palabras del dirigente hicieron que el entorno del entrenador comenzara a dar por hecha su salida.

Se centran en Lopetegui, pero ¿el mensaje es para él?

No han sido pocos los que han asegurado que Julen Lopetegui es entrenador del Real Madrid por petición del núcleo duro del vestuario blanco. Ganar tres Champions de forma consecutiva puede hacer que tomes decisiones que en cualquier otra situación habrían sido extrañas, pero la ausencia de presión objetiva permite sondear escenarios de comodidad. Florentino siempre ha sido proclive a contentar a las estrellas; caprichos, decían en los malos momentos, aunque la historia haya demostrado que los grandes jugadores querían venir al Madrid y por esa ecuación los blancos han celebrado cuatro títulos continentales en los últimos cinco años.

En una clara reducción injusta podríamos afirmar que los equipos de élite actuales se reparten entre la autogestión del vestuario y la dirección exhaustiva de los técnicos. Yendo al extremo: el Modelo Zidane frente al modelo Benítez. Otorgar libertad al vestuario o parar un entrenamiento para evitar que Modric golpee el balón con el exterior.

Con Zidane se abrió la puerta al laissez faire, laissez passer y eso ha derivado en una situación difícil de manejar en la actualidad. Es complicado mantener la ambición cuando te has asegurado tu sitio en la historia del fútbol, pero el listón sigue estando ahí. Si despides a Lopetegui la pregunta es evidente: ¿incidir en el modelo libertario o acudir a un entrenador liberticida? ¿Existe el término medio? ¿Qué responsabilidad tiene la plantilla en esta situación?

La resistencia de Solari frente a la respuesta del vestuario

Los mensajes que llegan desde el vestuario blanco son de cierta incredulidad ante la posibilidad de tener como entrenador jefe a Santiago Solari. Es cierto que la confianza se gana en el día a día, pero los jugadores podrían pasar de la admiración a Zidane o el apoyo a Lopetegui a las reservas con Solari. Atrás quedaría ya el desprecio a Benítez, eso sí.

Solari estuvo a punto de ser despedido en varias ocasiones durante el último año, y hasta la plantilla blanca habría llegado esa falta de seguridad que en algunos momentos han mostrado con el argentino. Pero Solari demuestra ser un superviviente. Primero se mantuvo al frente del Castilla en los malos momentos y después fue capaz de eliminar a un gran rival por el puesto de primer entrenador del Madrid: Guti se marchó a Turquía ante la resistencia del argentino.

Nos encontramos en una semana clave para el devenir blanco. Los jugadores, con su apoyo cerrado a Lopetegui, tendrán que sacar adelante los resultados del martes y el domingo. Dos victorias harían disipar la tormenta, alejar a Solari del cargo y regalarían una vida extra a su actual entrenador. Así que el mensaje de la directiva a la plantilla es claro: si no les emociona la posibilidad de ser dirigidos por Solari, tendrán que salir de este embrollo por sí mismos.

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