Después de tres partidos oficiales, ya se puede vislumbrar la idea de juego que tiene Julen Lopetegui para este Real Madrid post-Cristiano. Los resultados en los tres partidos han sido diferentes: una derrota en Tallin, una victoria trabajada en el Bernabéu y un partido de dos caras ante el Girona. A pesar de eso, todos han tenido un denominador común: la posesión.
El Real Madrid de esta temporada quiere mandar con balón. Hasta ahí, como siempre. Una gran diferencia de este Real Madrid con el de Zidane, es la presión tras pérdida. Una de las claves para que Lopetegui pueda llevar a cabo la presión tras pérdida es que la zona en la tienen lugar esas pérdidas, debe estar rodeada por jugadores blancos. Para ello el Real Madrid debe viajar en bloque con el balón, cosa que no sucedió en algunos tramos en Montilivi donde el Girona salió de esa descoordinada presión sin demasiados problemas.
Otra clave de este Real Madrid, es la salida de balón. Cuando el balón lo tienen los centrales, el técnico vasco alza a Marcelo y a Carvajal a una gran altura y mete a los interiores entre central y lateral. Esto provoca que todos los jugadores estén abiertos y se abra un gran espacio en el centro del campo que aprovecha gustosamente para venir a recibir uno de los hombres claves de este Madrid: Karim Benzema.
A partir de estas recepciones en medio campo el '9', que más bien es un '10', comienza a hacer jugar a su equipo. La puede dejar de cara a un tercer hombre como Kroos que tiene un gran desplazamiento en largo, puede abrir a uno de los laterales o incluso puede girarse y abrir a uno de los extremos. Además de ayudar en la salida de balón, este movimiento de caída que hace Benzema, hace que el central rival salga de su zona y quede un hueco en el centro de la defensa que Asensio y sobre todo Bale no suelen desaprovechar. Los tres de arriba gozan de una libertad casi absoluta y eso vuelve locos a la zaga rival.
Por último, la proyección de los laterales. No es casualidad que este sea el año en que los cuatro laterales puros de la plantilla (Marcelo, Reguilón, Carvajal y Odriozola) sean todos más ofensivos que defensivos. Como comentábamos antes, Lopetegui quiere atacar en bloque y qué mejor que tener unos laterales profundos que lleguen a linea de fondo, o en el caso de Marcelo a la frontal del área, para moverse al unísono hacia delante.
Para que todo este fútbol ofensivo no repercuta en defensa, el Real Madrid tiene a Casemiro a modo de apagafuegos. El brasileño intenta llegar a las ayudas en banda (sobre todo cuando el lateral ha subido demasiado) y con ayuda de los centrales consigue cortar un gran número de contraataques, aunque evidentemente no todos. Es el peaje que paga Julen por desplegarse tanto en ataque.
Esto es básicamente lo que ha esbozado Julen Lopetegui en estos primeros encuentros de competición. La salida de Cristiano perjudica en el apartado "goles" pero beneficia a la hora de otros conceptos como movilidad o presión tras pérdida. Habrá que ver qué otras soluciones tiene Lopetegui en su libreto en caso de que surjan bajas pero, de momento, las sensaciones son buenas.