Máxima igualdad en el grupo G con Bélgica e Inglaterra luchando por alcanzar el primer puesto o por querer acabar en el segundo si alguna de ellas antepone su camino hacia la final a su orgullo por llevarse la victoria. No es una decisión fácil ya que finalizar en una posición o en otra permitirá a belgas o ingleses disputar el cuadro final por el lado presumiblemente fácil o caminar por el difícil.
La situación es compleja para ambos equipos ya que están empatados a seis puntos con ocho goles a favor y dos en contra. En caso de que firmen tablas en su enfrentamiento directo se quedarían con siete puntos y la misma diferencia de goles a favor y en contra. ¿Qué decidiría su posición? Las tarjetas. El número de amarillas determinará qué equipo acaba primero por acumular más amonestaciones y qué conjunto queda segundo por haber tenido más juego limpio durante la fase de grupos.
Tras lo explicado anteriormente y viendo el biscotto que tuvo lugar entre Francia y Dinamarca en el empate a cero más soso del Mundial, Bélgica e Inglaterra, en caso de rechazar ser primeras, deberían poner poco de su parte para no recibir un gol o aumentar su número de tarjetas forzando las mismas.
Sería muy extraño y un ridículo histórico ver a dos selecciones intentando dejarse ganar para acabar segundas e ir por el cuadro fácil, lo que provoca que la mejor opción sea la de conseguir más tarjetas amarillas para su zurrón. Todo esto, por supuesto, siempre y cuando se imponga la calculadora y no el corazón de los futbolistas. Hasta que se demuestre lo contrario hay que pensar que Inglaterra y Bélgica irán a ganar el partido por encima de cualquier otro cálculo.