Alemania partía como una de las grandes favoritas para volver a levantar la Copa del Mundo al cielo de Moscú, pero tras la derrota contra México, el ambiente se ha enrarecido hasta el punto que desde su país las críticas llegan día tras día y siempre con un objetivo diferente.
A pocas horas de debutar la 'Mannschaft', dos de los integrantes de la plantilla, Mesut Özil e Ilkay Gundogan, posaron de manera muy sonriente con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Ambos futbolistas tienen ascendencia turca y fueron duramente criticados tanto por los aficionados como por la propia federación germana. "El fútbol y la DFB defienden valores que no son suficientemente respetados por el señor Erdogan", se apresuró a afirmar el mánager de la selección, Oliver Bierhoff.
Tal fue el jaleo que se montó que la cancillera alemana, Angela Merkel, tuvo que salir a defender a los dos jugadores. Aseguró que está convencida de que no lo hicieron con mala intención y añadió: "Creo que los dos jugadores no pensaron en lo que la foto con el presidente Erdogan desataría".
Aunque podía parecer que el tema se zanjaba con la intervención de Merkel, tuvo más cola el asunto con la intervención de una leyenda del Bayern: Stefan Effenberg. El ex internacional cree que no se está siendo igual de justo con ellos que cuando él fue expulsado de la concentración alemana por realizar una peineta al público durante el Mundial de Estados Unidos en 1994. Considera que lo más oportuno es la exclusión de ambos, porque, según palabras suyas: "Conmigo o con Uli Stein no reaccionaron igual. No veo una línea definida".
A todo este lío se le debe sumar otro, aunque mucho menos grave. Julian Brandt fue tachado de poco comprometido con los intereses de la Mannschaft al hacerse un 'selfie' con el público al final del encuentro.
Ayer Julian Brandt en 3 minutos hizo más que Muller, Werner y Ozil en todo el partido, pero la prensa alemana se encarga de criticarlo por esta selfie con unos hinchas. Periodistas de quinta. pic.twitter.com/g3HS3d2RNU
— Jackson Caraballo (@jacaraballoc) June 18, 2018
Portadas, minutos de televisión e incluso tweets se cebaron con el joven jugador alemán. Algo que no ha pasado a mayores, y se ha quedado en nada más que en una simple anécdota.
Otro que ha querido hacer leña del árbol caído ha sido Matthaus. En un artículo en el diario Bild, el ex futbolista no ha tenido ningún reparo en dejar claro sus pensamientos. El hecho de que Özil no suela entonar el himno, ha sido la vía por la que ha decidido atacarle: "No tengo ningún problema con que Özil no cante el himno. Eso depende de cada jugador, tenga raíces alemanas, turcas o africanas. Pero lo que vi después del himno en Moscú me enfureció mucho: diez jugadores alemanes saludaron a los aficionados que estaban en las gradas y sólo Özil no lo hizo".
Añade que hubiese sido un muy buen gesto acercarse a los aficionados después de todo lo ocurrido con Erdogan y la foto.
#Matthäus attackiert #Özil: „Kein Herz, keine Freude, keine Leidenschaft" https://t.co/bcV6n5nwJF #DFB #WM2018 pic.twitter.com/lSKfZmDXQq
— SPORT BILD (@SPORTBILD) June 19, 2018
Pero fuera de lo extradeportivo, Matthaus considera que el Mesut no presenta las mismas ganas de jugar que con su club. "Su lenguaje corporal es negativo y juega sin alegría. A menudo tengo la sensación de que no se siente cómodo con la camiseta de la selección alemana, como si no quisiera jugar. No hay corazón, ni alegría, ni pasión en su fútbol", asevera, llegando incluso a cuestionar su continuidad en la selección.
Por si no fuese suficiente con todo lo que ya tienen encima, Joachim Löw se encuentra muy cuestionado tanto por la afición como por la prensa. Se ha iniciado un proceso de unión en toda la plantilla, cerrar cualquier acto promocional u oficial que haya y a partir de ahí, poner remedio a los problemas internamente. Siembran dudas algunas decisiones que ha tomado: titularidad de Neuer por delante de Ter Stegen o la de Özil siendo conocidos sus molestias en la espalda que arrastraba desde el final de Premier. Detalles en la alineación que terminaron pasando factura.
Una situación deportiva ciertamente parecida a la que vivió España en el Mundial de Brasil en 2014. Con una idea sobrevolando: cansados de ganar. Se notificó el tirón de orejas que dio Löw a sus jugadores por la falta de intensidad en los entrenamientos y que, a posteriori, se demostró en el rendimiento sobre el césped.
Suecia venció a Corea del Sur y deja contra las cuerdas a los germanos. El sábado se medirá, precisamente, a los suecos en un partido a vida o muerte si no quieren coger el avión de vuelta a Alemania. Veremos si al final se produce algún cambio en el once, en la intensidad y, sobre todo, en la actitud.