África está representada en este Mundial de Rusia por cinco selecciones: Egipto, Túnez, Senegal, Marruecos y Nigeria. Tras completarse la primera jornada de los 8 grupos, hay un dato que deja retratadas a todas las selecciones africanas.
En su primer partido, las cinco han recibido, al menos, un gol a balón parado. Este Mundial de Rusia, además de por las sorpresas, se está caracterizando por la gran igualdad. El balón parado se convierte en un elemento esencial a la hora de poder desequilibrar la balanza. Y si no que se lo digan a Túnez, al que Inglaterra ganó con dos goles de Kane tras sendos saques de esquina. O a Marruecos, que perdió 1-0 ante Irán tras un gol en propia puerta en el 94 tras una falta lateral, o a Egipto, a la que Uruguay ganó sobre la bocina con un tanto de Giménez de cabeza... tras rematar una falta lateral.
Nigeria, que perdió 2-0 ante Croacia, también recibió un gol a balón parado, aunque en este caso no resultó decisivo para su derrota. Senegal, único combinado africano que consiguió ganar en su estreno (1-2 a Polonia), encajó el tanto tras una falta que los polacos colgaron al área y Krychowiak remató a la red.
Cada vez más técnicos y muy físicos, los africanos aún deben corregir este tipo de errores tácticos si quieren lucir en un Mundial. No es casualidad que sus cinco representantes, hayan encajado 6 goles a balón parado. La mala defensa de la estrategia es un aspecto clave en el fútbol moderno y que puede condenar al fracaso en Rusia a las selecciones africanas.