Griezmann se gana su perdón y el Atlético conquista la Europa League de Torres (0-3)
El Niño levanta su primer título como rojiblanco tras una noche que empezó con sufrimiento y acabó en fiesta. Doblete de Antoine y gol de Gabi.
No es una Europa League cualquiera para el Atlético de Madrid. Lyon ya se ha unido para siempre a los maravillosos recuerdos de Hamburgo en 2010 y Bucarest en 2012, pero hay que repetir que no es un título cualquiera, porque esta Europa League es muy especial. Sólo con la foto del jugador que levantó la copa se puede entender por qué lo es. Varias generaciones crecieron rogando por ver a Fernando Torres levantar un título. Cuando se fue abandonaron esa idea. Cuando volvió recuperaron la fe y ese "nunca dejes de creer" que el Cholo Simeone ha hecho tan famoso tuvo en Lyon otro de sus puntos más álgidos.
Torres levantó la tercera Europa League de la historia del Atlético de Madrid, sin embargo, el héroe del partido tiene acento francés, nació cerca de Lyon y en la final ante el Olympique de Marsella se sintió como en el salón de su casa. Antoine Griezmann, pase lo que pase en el futuro con el Barcelona o siguiendo en el Metropolitano, se ha ganado un perdón eterno con el Atlético, porque sólo los delanteros más privilegiados que han pasado por el club madrileño pueden decir que dos goles suyos hicieron tocar al equipo la gloria europea. Forlán, Falcao y él pueden decirlo, por ejemplo.
El resultado de 0-3 puede indicar lo contrario, pero el Atlético saboreó las mieles del triunfo después de casi dejar de respirar con el humo de las bengalas de los ultras del Marsella y con las ansias de ganar del equipo francés. El conjunto de Rudi estuvo acompañado por más de dos tercios del estadio del Lyon y cuando empezó el partido, el Atlético se sintió desbordado de forma deportiva y, ojo, también antideportiva con las famosas bengalas.
Germain, delantero referencia del equipo marsellés, tuvo el 1-0 a los pocos minutos y el asedio galo no acabó ahí ya que continuó de forma progresiva hasta exigir al conjunto rojiblanco un ejercicio de resistencia complicado y muy difícil de sostener en el tiempo. Si el partido seguía con el mismo guión, el 1-0 era cuestión de tiempo y a partir de ahí dile tú al Marsella que es peor equipo que el Atlético. Estaban lanzados y el estadio era suyo. En conclusión, creían que podían ganar.
Se necesitaba una genialidad propia o una ayuda ajena, esos elementos que a veces deciden finales, y el Marsella puso más de su parte para perder el choque cuando parecía que podía ganar el título ante todo pronóstico.
Griezmann y el minuto 21
Apenas se había sobrepasado el minuto 20 de partido cuando la final de la Europa League cambió totalmente con apenas cuatro toques: el despeje malo de Mandanda, el mal control de Anguissa, el pase de Gabi y el gol de Griezmann. Así son los equipos campeones. Pueden estar ahogados por el ambiente y pidiendo tiempo muerto para respirar, pero si bajas la guardia te golpean y lo peor para el Marsella en este caso, te matan.
Fue sólo un gol y quedaban aún más de 70 minutos de partido, aunque algo en el ambiente había cambiado. De un plumazo, los hinchas del Marsella se callaron, los del Atlético pudieron por fin elevar la voz y los rojiblancos empezaron a ganar todas las batallas que antes se perdían. La guerra aún era larga, pero los soldados del Cholo ya tenían cercado a su rival. La lesión de Payet poco después del gol de Griezmann sepultó el ambiente bélico del Olympique. Sólo había que esperar al 0-2.
Sentencia de Griezmann y sueño cumplido para Torres
La segunda parte fue el típico partido que un equipo como el Atlético teje con precisión milimétrica cuando tiene al rival tocado y el marcador controlado. El Marsella ni tenía fe en lo que hacía ni a su estrella, Payet, para hacer de brújula. Navegaban en aguas que el Atlético te hace creer en calma para de un hachazo echarte la ola definitiva encima. Griezmann haría de Neptuno para desatar la tormenta y en el 49’ anotó el 0-2 que terminó de sepultar el partido. Por cierto, un golazo.
Ni el palo de Mitroglou en la recta final metió al Marsella en el partido y sería Gabi el encargado de cerrar el choque con el 0-3 final. Pitido del colegiado, fiesta sobre el césped y un elegido para levantar el título. Gabi cogió el trofeo de la Europa League, buscó a Torres y el ‘9’, cumpliendo el sueño de toda su vida y también el de muchos atléticos, levantó el título al cielo de Lyon.
Noche de perdones y sueños cumplidos en Francia. En el 86 tocó llorar de pena. En 2018 se lloró de alegría. Simeone, por su parte, suma y sigue.
Ficha técnica
Olympique de Marsella, 0:Mandanda; Sarr, Rami, Luiz Gustavo, Amavi; Anguissa, Sanson; Thauvin, Payet (Maxime López, m.30), Ocampos (Njie, m.55); y Germain (Mitroglou, m.74)
Atlético de Madrid, 3: Oblak; Vrsaljko (Juanfran, m.46), Giménez, Godín, Lucas; Correa (Thomas, m.86), Gabi, Saúl, Koke; Griezmann (Fernando Torres, m.90) y Diego Costa
Goles:0-1, m.21: Griezmann; 0-2, m.48: Griezmann; 0-3, m.88: Gabi
Árbitro:Bjorn Kuipers (Holanda). Mostró tarjeta amarilla a Vrsaljko (m.23) y Lucas (m.77), del Atlético de Madrid; y a Amavi (m.38), Luiz Gustavo (m.75) y Njie (m.77), del Marsella
Incidencias: Final de la Europa League disputada en el Stade de Lyon ante unos 59.000 espectadores, entre ellos unos 10.500 seguidores del Atlético de Madrid y con clara mayoría de aficionados del Marsella. Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, siguió el partido desde un palco privado por sanción
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