Mohamed Salah, uno de los futbolistas más en forma del planeta, es un auténtico ídolo en su país natal, Egipto. No hay más que ver cómo en las recientes elecciones presidenciales del país el futbolista se llevó miles de votos para ser el nuevo presidente, todos nulos por supuesto. O cómo estos días Salah fue elegido mejor jugador de la Champions de la semana, a pesar de la exhibición de Cristiano Ronaldo en Turín. El motivo es simple: la votación se hace mediante encuesta en la página web oficial de la UEFA, y la legión de seguidores que siempre da su voto al futbolista del Liverpool es gigantesca.
Pero ahora el futbolista ha aprovechado su tirón para algo realmente positivo para su país. En estos días ha formado parte de la campaña ‘Say no to drugs’ (Dí no a las drogas), organizada por el Ministerio de Solidaridad Social en su proyecto ‘Fund for Drug Control & Treatment of Addiction’ (FDCTA). Salah aparece en un vídeo en el que anima a los jóvenes egipcios a practicar deporte y alejarse de cualquier contacto con las drogas.
Y desde luego que la veneración que sienten hacia el jugador del Liverpool ha surtido efecto. Según afirma la ministra de Solidaridad Social de Egipto, Ghada Waly, desde que el vídeo de Salah vio la luz las llamadas al teléfono disponible para la rehabilitación de personas con problemas de drogas se ha incrementado en un 400%. Es decir, en los últimos tres días se han cuadriplicado las llamadas pidiendo ayuda o información.
Además apunta Waly que el vídeo ha sido visto en redes sociales en más de ocho millones de ocasiones en estos tres días, con un 88% de los usuarios con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años.
No se trata del primer gesto del actual máximo goleador de la Premier League. Hace apenas unos meses donó cinco millones de Pounds Egipcios (unos 230.000€) a Tahya Masr (Long Live Egypt), una organización para revivir la economía del país.
No hay duda. Mohammed Salah es venerado casi como un Dios en Egipto. Cualquier acción que lleve a cabo es seguida por millones de personas. Y si ésta es usada para una buena causa como el caso reciente, hay que aplaudir al futbolista.