La final de Copa del Rey que disputarán el Barcelona y el Sevilla se jugará en el Wanda Metropolitano el próximo 21 de abril.
La Federación, que ni siquiera preguntó al Real Madrid si estaba dispuesto a ceder el Santiago Bernabéu, vio claro en todo momento que la sede debía ser el estadio del Atlético de Madrid. Inaugurado este mismo año, sus 67.000 localidades concederán unas 22.000 entradas para cada equipo.
Los partidos que se aplazarán con motivo de la disputa de la final son el Atlético-Betis, Sevilla-Real Madrid y Barcelona-Villarreal. Todos ellos se jugarán el 9 de mayo.