Arsenal y Liverpool empataron (3-3) en una locura de segunda parte en la que los errores defensivos de ambos equipos y los fallos en las porterías de Peter Cech y Simon Mignolet desencadenaron el festín de goles.
Los tantos del brasileño y el egipcio auparon al Liverpool, que hasta el 0-2 fue superior al Arsenal, aunque con sus destellos no pudieron tapar los agujeros de la defensa y la portería de los de Jürgen Klopp. En una segunda parte loca, el Arsenal aprovechó los cinco minutos posteriores al gol de Salah para remontar el partido, gracias a los tantos de Alexis, Xhaka y Özil, pero un error fatal de Cech, en un disparo de Firmino, deparó el empate final.
Pese al éxtasis final, los primeros compases no acompañaron a la atmósfera y las expectativas que levanta un partido de esta historia. Demasiadas imprecisiones y errores en el medio del campo que ensuciaban el encuentro y provocaban que las ocasiones escaseara, casi tanto como el fútbol que pasaba por las botas de Mesut Özil y Jack Wilshere.
Tanto el alemán como el inglés no encontraban su sitio en el medio campo, y sus pérdidas e imprecisiones facilitaron las contras de los de Klopp, en una cabalgada de Salah encontraron su premio. El egipcio recibió un pase en largo a la espalda de la defensa, encaró a Koscielny, su centro tropezó en el francés y le quedó blando a Coutinho, que de cabeza superó a Cech (0-1).
Tendría oportunidades entonces el Liverpool para ampliar su renta, sobre todo en una tijereta de Sadio Mané que rozó la escuadra, pero el Arsenal aguantó el resultado hasta el descanso, y pese a que tras el parón de quince minutos salió mejor, pronto pagó la fragilidad defensiva.
Salah arrancó desde su propia área y tras una combinación en el centro del campo se plantó en la frontal frente a Mustafi, incorporado por Monreal, le aguantó el mano a mano, y logró sacar un latigazo con el interior, que tocó en el defensa y se coló en la meta de Cech (0-2). El delirio en los aficionados del Liverpool duraría poco, ya que tan sólo un minuto después, un cabezazo de Alexis, a centro de Hector Bellerín, recortaría distancias.
Comenzó a creer el Emirates y también sus jugadores, el suizo Xhaka recibió a 35 metros de la portería, el público le pidió que tirase y él se sacó un disparo duro pero centrado, que incomprensiblemente Mignolet no fue capaz de despejar. El 2-2 espoleó más aún al Arsenal, y en el minuto 58, dos después del gol de Xhaka, una combinación de tiralíneas entre Özil y Lacazette acabó con el alemán superando con un sutil toque al meta belga y dando la ventaja a los de Arsene Wenger. El mazazo dejó tocado al Liverpool y enfadó sobremanera a su técnico, que se desgañitaba en la banda, porque los gunners habían remontado en apenas cinco minutos.
Pero cuando el Arsenal lo parecía tener en su mano, Firmino, en el minuto 71, se sacó un disparo desde la frontal, Cech lo repelió con el puño, pero con tan mala suerte que el balón salió rebotado hacia atrás y se coló mansamente en la portería. Ya no se movió más el marcador, pese a que Salah, que ya lleva 15 tantos en la competición y es el máximo goleador de la Premier, tuvo en sus botas la victoria a dos minutos para la conclusión, pero su disparo con la izquierda se marchó al lateral de la red.
El empate no satisface a ninguno de los dos equipos, ya que el Liverpool mantiene la cuarta plaza, con 35 puntos, seguido por el Arsenal, en posiciones de Europa League con 34.