Neymar hijo pudo fichar el pasado verano por el Real Madrid pero, como hemos contado en este medio, sintió miedo de cambiar tan drásticamente Barcelona por Madrid. En aquel momento, Neymar padre le recomendó que se marcharan primero a París y allí, a tenor de lo que relata el entorno del propio jugador, no están nada bien.
Los resultados están llegando y aunque se esté desinflando mediáticamente la burbuja de su traspaso, Ney sigue haciendo brujería sobre el terreno de juego. Su talento es inabarcable y, a pesar de que lleguen continuamente noticias sobre sus posibles desavenencias con compañeros y técnicos, la realidad es que el jugador se siente incómodo en París. No en el club, sino en la ciudad.
De ahí que el entorno del jugador haya relatado a Libertad Digital cómo Neymar aprovecha cada día libre que tiene para cogerse un avión privado rumbo a la Ciudad Condal. Allí, el brasileño tiene una mansión con gimnasio que utiliza para ejercitarse. El exjugador del Barça, con fama de fiestero en el pasado, ha aparcado todo eso para centrarse en el trabajo. Su obsesión por conseguir el Balón de Oro le ha llevado a entrenar sin descanso, más allá de lo preceptivo.
Neymar no está cómodo con lo que se ha encontrado al llegar a París. Ni termina de ubicarse en su nueva casa, ni le gusta el tiempo, ni la ciudad deportiva del PSG. Los conocidos como "Toiss", su séquito de amigos, se han dado cuenta de todo esto y tratan de animar al jugador, pero Neymar se ha refugiado en el trabajo en solitario.