La nueva camiseta de la selección española para el Mundial de Rusia ha levantado tal polémica que el propio presidente de la Federación, Juan Luis Larrea, ha reconocido que "hemos recibido quejas desde lo más alto". Al parecer, a los altos cargos del gobierno no les ha gustado nada ni el nuevo diseño ni el lío generado.
La franja morada de la discordia, que a muchos les hace recordar a la Segunda República, es azul según el propio Larrea: "Para mí es azul, lo han denominado azul petróleo. La hemos tenido en la mano y de morado no tiene nada. Desde el segundo graderío no la hemos visto, pero el que está suscitando la polémica tampoco".
Si la franja es azul... ¿por qué se ve morada?
Al superponer líneas verticales rojas sobre un fondo azul, el efecto óptico hace que se vea morado.
La Federación y los jugadores dieron el ok
Aunque Larrea eche balones fuera, lo cierto es que, como bien apunta José Félix Díaz en el diario Marca, tanto la Federación como los jugadores dieron su aprobación al diseño hace un año.
Desde ese momento Adidas, que abona 25 millones al año a la Federación, se puso manos a la obra y, cuando se filtró el diseño a la prensa, la multinacional alemana ya había terminado su producción de millones de camisetas, por lo que dar marcha atrás y sustituirla por otra nueva está totalmente descartado. La solución, ante el revuelo generado, podría ser jugar con la antigua.
Situación surrealista que, en su momento, pudo ser atajada a tiempo desde la Federación. ¿Quién era el máximo responsable de la Federación por aquel entonces? Bingo. Quizás Ángel María Villar el día en que dio su aprobación a la nueva camiseta se le olvidaron las gafas...