Iker Casillas tampoco jugó este miércoles en el Oporto-Leipzig en Do Dragao (3-1), en la cuarta jornada de la Champions, quedándose así en el banquillo por quinto partido consecutivo.
La semana pasada, en la víspera del derbi de Oporto contra el Boavista (0-3), el técnico de los dragones, Sergio Conceiçao, ya dijo por qué no jugaba Casillas. "Si no entrenas bien no juegas", dijo. "(Los jugadores) saben cuáles son mis reglas, la forma en que lidero y cómo exijo que los jugadores estén siempre al cien por cien en los entrenamientos", afirmó Conceiçao, que desde hace tres semanas viene apostando en cada partido por el joven guardameta José Sá (24 años).
El técnico salía así al paso de los rumores que apuntaban que el meta español era suplente por deseo del presidente del Oporto, Pinto da Costa, que querría deshacerse de Iker en el próximo mercado de invierno para cumplir con las normas del fair play financiero, pues el veterano guardameta, de 36 años, percibe un elevadísimo sueldo en el club luso —cinco millones de euros brutos—.
No obstante, Conceiçao insiste, día sí día también, en que la suplencia de Casillas se debe a motivos estrictamente deportivos. Y lo cierto es que este asunto ya empieza a cansarle. Este miércoles por la noche, después de la victoria ante el Leipzig, al técnico de Coimbra le preguntaban por el guardameta de Móstoles. "¿Volverá a jugar Casillas?", le inquirió un periodista. A lo que Conceiçao contestó de forma tajante: "Siguiente pregunta".
Todo puede suceder en el mundo del fútbol, pero la lógica invita a pensar que Iker Casillas volverá a ser suplente en el próximo partido del Oporto, el próximo sábado en la Liga portuguesa contra Os Belenenses en Do Dragao.