No está el horno para bollos en Cataluña, y el choque que el Real Madrid va a disputar el domingo contra el Girona en el Estadio Municipal de Montilivi (16:15 horas), en partido correspondiente a la décima jornada de LaLiga Santander, adquiere tintes especiales. "No tenemos miedo, pero sí que hay preocupación", reconocen en el seno del club blanco ante su inminente visita a Gerona —la tierra de Carles Puigdemont—, ciudad en la que el actual campeón de Europa va a jugar por primera vez en partido oficial y que estos días, además, acoge las fiestas patronales de San Narciso.
El Madrid ha pedido que se le garantice la seguridad en Gerona. Se ha puesto en contacto con la Delegación del Gobierno en Cataluña y ha tomado varias medidas para que la expedición no corra peligro alguno.
La primera fue no llevarse el autobús oficial del equipo a la ciudad catalana. En principio se pensó que el motivo obedecía exclusivamente al clima político y social en Cataluña, aunque desde el club aclaran que esta decisión responde más a motivos logísticos que de seguridad. "Necesitamos el autobús en Londres para el partido de Champions —el miércoles ante el Tottenham en el estadio de Wembley— y no llegaría a tiempo si sale de Gerona el domingo", explican fuentes del club, tal y como se recoge en una información publicada este miércoles por Sergio Valentín en Libertad Digital.
El Madrid se desplazará el sábado a Gerona —llegará en torno a las 22:00 horas—, un día antes del partido, y estará alojado en el Hotel AC Palau Bellavista, en el centro histórico de la ciudad, situado a unos diez minutos a pie del barrio judío y a unos 3 kilómetros al norte del estadio de Montilivi. El hotel de concentración estará custodiado por un amplio dispositivo por parte de los Mossos d'Esquadra, similar al de la visita del FC Barcelona a Montilivi (0-3), hace un mes. Sin embargo, en esta ocasión el recibimiento al Real Madrid será bastante más hostil que el que tuvo el conjunto azulgrana hace un mes.
Los Mossos planifican un cordón de seguridad similar al de otros partidos, aunque podrían ampliarlo debido a la incertidumbre existente sobre la posible aplicación del artículo 155 en Cataluña. Además, la Policía autonómica sospecha que pueda haber una cacerolada la noche del sábado a las puertas del Palau Bellavista —que es, por cierto, el mismo hotel de concentración en el que se alojó el Barça de Ernesto Valverde en la noche del 22 al 23 de septiembre—, con el único objetivo de descentrar a los Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Marcelo y compañía, e interrumpir su descanso.
Según informa el diario Marca, una de las medidas de seguridad será establecer un cordón de seguridad que rodeará el recinto, impidiendo la salida o acercamiento al hotel de personal que no esté autorizado, como clientes o trabajadores. En cuanto al interior del establecimiento, la seguridad, como es habitual, volverá a correr a cargo de Julio Cendal, jefe de seguridad del Real Madrid, con el único objetivo de garantizar la integridad de la expedición merengue.
Desde ahí, el Real Madrid se desplazará el domingo a mediodía a Montilivi en un autobús alquilado para la ocasión, restando importancia desde el club a este hecho. "Ya lo hacemos siempre que vamos al Camp Nou", recuerdan en la entidad madridista.
Ya en el estadio del Girona, se espera que el partido sea un aquelarre independentista. El ambiente se volverá muy hostil hacia el Madrid al ser considerado como el equipo más representativo de España, y tampoco se descarta incluso que pueda haber una invasión de campo.
Sin embargo, el técnico del Girona, Pablo Machín, hace un llamamiento a la calma: "Que nadie dude de que Montilivi respetará al rival como lo ha hecho siempre. El domingo será una fiesta".