Que un joven de 20 años viva con sus padres es lo habitual en la España actual. Que lo haga un futbolista del Real Madrid, por muchos 20 años que tenga, es algo extraordinario. Los orígenes de Borja Mayoral son modestos y no han cambiado pese a su gol en Anoeta, entrenar todos los días junto a Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos y compañía y tener una ficha superior al millón de euros por temporada.
Borja Mayoral (5 de abril de 1997), nació en Parla y sigue viviendo en Parla, una localidad en el sur de la Comunidad de Madrid, a 20 kilómetros de la capital. Ser jugador del Real Madrid no le ha cambiado nada o casi nada. "Es un chico sencillo, con los píes en el suelo y muy trabajador", nos cuentan. Sus hábitos y aficiones, son los mismos en el juvenil que en el primer equipo y eso es gracias a un entorno que le mantiene los píes en el suelo con el día a día.
De familia humilde y trabajadora, no puede olvidar sus orígenes porque los vive cada día. El delantero español sigue escuchando como su padre, José Luis, apaga el despertador a las seis de la mañana. Mantiene una carnicería, un negocio familiar. Su madre, María Isabel y su hermano, también futbolista, son los cuatro integrantes que comparten un piso de unos 90 metros cuadrados en Parla. Es habitual ver como Mayoral, como la mayoría de los jóvenes de hoy en día, publica parte de su vida en las redes sociales. Y en Instagram se le puede ver tumbado, en un sofá corriente, como vacila a su madre mientras ve la televisión. Si no se supera que es futbolista, diríamos que no hay nada fuera de la normal.
Que ahora sea una persona reconocida, firme acuerdos comerciales, no le han impedido acudir todos los días a Valdebebas con el Audi A3 que tiene desde hace unos años. Dicen algunos que ha tirado un año en Alemania, con la cesión al Wolfsburgo, pero su entorno no lo ve así. Aseguran que no haber jugado casi nada -tres partidos de titular- haber tenido tres entrenadores en una temporada y que ninguno confiara en él, le ha hecho más fuerte como futbolista y como persona. Ahí tuvo un papel determinante "Kiti", cinco años mayor. Su hermano fue quien le animaba, le recordaba que seguía teniendo la misma calidad y que su momento llegaría.
Zidane le ha dicho que confía en él, que sino no estaría en el Real Madrid y que será importante esta temporada. Borja, agradecido, sigue trabajando al máximo. Intenta ganar masa muscular mientras se fija en su ídolo. Lo tiene muy cerquita, es Benzema. Tras marcar en Anoeta, su primer gol en Liga con el Real Madrid en su primer partido como títular, destacó la especial ilusión que sentió al recibir el mensaje de felicitación de Benzema. Uno de los cientos de whastuspp que recibió aquella noche. Su carrera como jugador de élite ya ha comenzado pero él sigue como siempre. En el piso de sus padres, con los amigos del barrio de toda la vida y viciándose al FIFA.