Los jugadores lo tienen claro, aunque no todos, pero uno de ellos ha hablado en nombre del grupo. Sergio Ramos defendió tras el partido ante Liechtenstein el trabajo de María José Claramunt, directora de la selección, investigada por la Operación Soule y persona de confianza de Ángel María Villar. Claramunt encarna a la perfección los excesos que integran los casos de corrupción existentes en la Federación Española de Fútbol.
El capitán del equipo de Lopetegui en referencia a la directora de la selección, dijo que "es una persona de confianza de los jugadores y nos gustaría que esté siempre con nosotros". En términos generales, Ramos afirmaba que "lo de la Federación es una tema complicado", que los jugadores "están preocupados" y que quieren "estabilidad".
La directora de la selección, apodada la Jefa, vivía con todo lujo de detalles, pequeños y grandes. Durante más de dos años estuvo alojada en un céntrico hotel de cinco estrellas de Madrid pagado por la Federación, y no necesitaba ir a la peluquería, porque la peluquera iba a su despacho.
A Claramunt le encantaba alardear de su buena relación con la mayoría de los jugadores, como Iker Casillas, que la llamaba la Boss, y cenaba con algunos de ellos en restaurantes de lujo que ella misma pagaba.
Ha negado en más de una ocasión haber recibido al margen de su salario de 250.000 euros brutos, dinero en B. Ha asegurado que no ha cobrado primas y que en las diferentes competiciones que jugaba la selección se le entregaba a todo el cuerpo técnico las llamadas "bolsas de viaje" con las cantidades pactadas.
Este espectacular salario lo empezó a cobrar hace dos años y medio, ya que a su llegada no cobraba porque venía de recibir un gran finiquito de su anterior trabajo, y ese fue el "arreglo" al que llegó con Villar.
En la próxima Junta Directiva de la Federación saldrá su nombre, a buen seguro, por el enorme malestar que sienten los actores del fútbol español con esta persona. En los próximas días tendremos más información sobre este cargo orgánico de la RFEF.