Es una simple tanda de penaltis y el trofeo en juego, la Audi Cup del Bayern de Múnich, no se reflejará en el palmarés histórico del Atlético de Madrid, pero si "se juega como se entrena" también hay que ganar hasta en los amistosos. Simeone quiere ser campeón cómo y dónde sea y ante el Liverpool lo fue con los menos habituales y desde los once metros. ¿No sirve de nada? Para el Cholo sí. Ganar es ganar en su diccionario y su equipo prefiere acostumbrar bien a su jefe.
En Múnich, el Atlético de Madrid pasó la prueba más exigente de la pretemporada por la entidad de los rivales. El Nápoles exigió al plan A de Simeone y el Liverpool hizo lo propio con el B. En ambos casos, el Atlético compitió y ganó. En ‘semis’ lo hizo remontando y yendo de menos a más mientras que en la final pasó lo contrario. El orden de los factores no alteró el producto para alegría del cuerpo técnico y de la plantilla.
El Allianz Arena deja buenas sensaciones a nivel de gol, tres en dos partidos, y también en el capítulo individual de algunos futbolistas. Torres vio portería al igual que Vietto, Carrasco y Griezmann dejaron detalles y Augusto demostró que su lesión ha quedado atrás. Simeone, contento.
Augusto y Keidi brillan
En un año en el que el Atlético de Madrid tendrá que mantener la plantilla actual hasta el mes de enero cualquier ayuda extra hasta esa fecha será bien recibida y más teniendo en cuenta que el centro del campo ha perdido a un baluarte como Tiago.
Simeone sabe que necesita de un centro del campo férreo, pero a su vez hay que incorporar a esa solidez habitual algún puntal que acelere el juego cuando el equipo lo necesite. Sin ese cambio de marcha, poco más se puede sacar salvo el cero en tu portería. Augusto y Keidi presentaron en Múnich sus credenciales para cumplir ambas facetas.
La primera parte del conjunto rojiblanco fue bastante mejor que la exhibida ante el Nápoles aunque ese es un hecho bastante engañoso ya que Liverpool y Atlético pusieron sobre el tapiz de Allianz Arena sus respectivos planes B. No eran los primeros espadas, pero la caballería que llega desde el banquillo es la que convierte a un equipo en campeón y no en un simple aspirante. Simeone lo sabe y para él no hay amistosos.
El once del Atlético tuvo muchas variantes y la juventud y desparpajo de hombres como Sergi, Vrsaljko, Lucas, Giménez, Kranevitter, Keidi, Vietto y Correa hicieron que el aficionado rojiblanco disfrutara con las ganas que los menos habituales exhibieron ante Liverpool.
Hubo mucho ímpetu por parte de los hombres más jóvenes del Cholo, pero faltaba cabeza y templanza en las acciones colchoneras y en ese contexto emergió la figura de Augusto. Es el fichaje de la temporada a nivel medular. El argentino era importante antes de su grave lesión la temporada pasada y empieza a demostrar que lo será en la presente.
De la visión de juego de Augusto nació la jugada del gol. El medio vio la entrada de Vrsaljko por banda derecha y sirvió un balón medido que el croata puso en los pies de Vietto para marcar a placer. El delantero no aprovechó el regalo de su lateral topándose primero con Ward y posteriormente con el larguero. No habría tiempo para lamentaciones gracias a Keidi. El joven jugador albanés emergió desde la segunda línea y firmó el 1-0 y una carta de presentación digna de un jugador que ha venido para quedarse: gol ante un clásico como el Liverpool y en el Allianz Arena de Múnich.
Los penaltis decidieron
La segunda parte ofreció la versión más calmada del Atlético de Madrid. Con el marcador a favor, el equipo madrileño se mantuvo tranquilo y el pulso rojiblanco tampoco fue puesto a prueba por un Liverpool inoperante en ataque.
El paso de los minutos dejó los pertinentes cambios en ambos equipos y sobre el campo empezaron a verse nombres más importantes como los de Henderson, Firmino, Origi, Griezmann, Gabi, Torres o Filipe Luis. El tramo final del partido trajo consigo un penalti tonto del capitán atlético sobre Origi, piscinazo posterior incluido del ariete por no tirarse antes, el gol de Firmino y la ronda final desde los once metros que el Atlético se encargó de convertir en un cinco de cinco en su casillero.
Tampoco vale de mucho marcar todos los penaltis en una final de la Audi Cup, pero si juegas en el Atlético y ves a tu entrenador celebrar cada gol como si fuese un partido oficial, mejor meter la pelota y dejarse tonterías. El examen de Múnich, sin Saúl y Gameiro, se aprobó con nota.