Lejos de creer en conspiraciones y debates sociales a través de diferentes redes, los hechos son incontestables con pruebas y cuando un partido se decanta por un gol y éste se muestra y se demuestra como ilegal es de lógica reconocerlo aunque sea por centímetros o milímetros.
Nunca sabremos qué hubiese pasado si el tanto en fuera de juego de Neymar no llega a subir al marcador. Podría haber ganado el Alavés, eso está claro, pero también está en la ecuación la posibilidad de que el Barcelona ganase independientemente de esa jugada. En la batalla de los "y si" uno puede perderse con facilidad, pero quizá vaya siendo hora de que el VAR reduzca esas guerras a simples anécdotas que no acaben marcando finales.
Pellegrino habló de la tecnología en la previa y todos hubiesen agradecido su presencia en el Calderón. El Alavés fue el perjudicado por su ausencia ya que pelear con el Barcelona ya es castigo suficiente, pero hacerlo con un gol ilegal y psicológico en el 44’, cuando más igualado estaba el choque y ante la máquina blaugrana, es frustrante.
La Copa del Rey seguirá teniendo como residencia el Camp Nou y Luis Enrique deja la Ciudad Condal con la última alegría de su época.
Comienzo trepidante
Primera parte digna de una final copera. Hubo goles, un total de cuatro, alternativas y un estilo de toque contra toda la raza y la intensidad del mundo del que se sabe inferior pero cree en acabar derrotando al favorito. Barcelona y Alavés dieron un gran espectáculo desde el inicio y sólo el final del primer acto acabó decantando la balanza hacia uno de los dos lados.
La final comenzó con tanteo inicial del Barcelona a los nervios del debutante. El Alavés empezó nervioso aunque pronto se recompuso y atenazó a su rival con leves picotazos. El cuadro de Luis Enrique no estuvo sólido en defensa y menos a partir de la lesión de Mascherano. El argentino, solución de emergencia para el lateral derecho, no llegó a los diez minutos de partido tras un golpe con Marcos Llorente y tuvo que ser sustituido por André Gomes. El luso ya era el sustituto del sustituto y eso sí que no entraba en los planes del Barcelona.
El partido se mantuvo igualado pese a que el Barça tuvo el claro dominio del balón. La garra de Marcos Llorente y su capacidad para barrer todo lo que pasaba por el centro del campo sostuvo al Alavés en el partido y a partir de esa solidez, el equipo de Pellegrino se fue creciendo. Tanto se creció el equipo vitoriano que la primera clara fue suya. Error de Piqué en la salida, regalo para Ibai y disparo que pasó por las dulces manos de Cillessen para acabar en el palo. La rosca del balón ayudó al Barcelona y el primer gran susto quedó sólo en eso. Había final.
Messi abre la lata
Cuando fallas en cualquier partido de fútbol puedes acabar pagándolo, pero si fallas en una final… Ibai tuvo el 0-1 en sus botas y no acertó. Alcácer puso la réplica y tampoco vio portería.Messi tuvo el 1-0 en las suyas y no perdonó. La diferencia la suelen marcar los cracks y Lionel lo demostró casi sin pestañear. El argentino estaba entrando con cuentagotas en el partido aunque no suele necesitar mucho para sacar su magia a relucir. Dicho y hecho. Pared con Neymar, interior del pie izquierdo y golazo a la media hora de partido. El ‘10’ ya había aparecido y pensaba hacerlo más veces todavía.
La noche se abrió con un golazo y continuó con otro dos minutos después. Theo Hernández, próximo fichaje del Real Madrid y casi ex del Atlético, aumentó el morbo de su salida dejando en el Vicente Calderón un tanto de falta para enmarcar. Entró por el palo de Cillessen, pero el golpeo, la colocación y la potencia es marca de la casa del francés. De golazo a golazo.
El 1-1 llevó el delirio a la grada vasca y el partido volvía a comenzar para vivir un nuevo episodio frenético en el resto de la primera parte. El Alavés creía cada vez más en dar la sorpresa, pero Neymar y Messi cogieron los galones y juntos generaron, igual que en el primero, el segundo tanto del Barcelona.
La banda izquierda del equipo de Pellegrino estaba casi siempre desprotegida y con Theo desbordado llegó la subida de André Gomes, el pase de Messi y la asistencia del portugués a Neymar. ¿Polémica? La habrá. La posición del brasileño tardó en ser cuestión de estado lo que la realización en poner la primera repetición. Pero las imágenes no mienten y el gol fue en fuera de juego. Mientras tanto, el VAR, en el limbo.
Del 2-1 al 3-1 sólo pasaron dos minutos ya que Messi no puso el freno hasta que Clos Gómez decidió mandar a los jugadores al túnel. El argentino volvió a aparecer y de la nada sacó una asistencia para Alcácer que el valenciano aprovechó para batir de tiro cruzado a Pacheco. Con o sin polémica, las finales se pueden perder o ganar en dos minutos y el Alavés, desarmado por el flanco zurdo y sin el VAR, lo comprobó para desesperación de su hinchada.
Segunda parte sin historia
Para alegría del Barcelona y desilusión del Alavés, la final de Copa sólo duró 45 minutos. El equipo vitoriano nunca llegó a levantarse de la lona tras el 2-1 y la segunda parte fue testimonial. El 4-1 nunca subió al marcador y tampoco lo haría el 3-2. Aún así, el Barcelona se mantuvo en su continua búsqueda del gol y el Alavés se dedicó a honrar a su afición bajando los brazos sólo cuando el árbitro pitó el final del choque.
El Vicente Calderón se despidió del fútbol oficial con el estadio dividido entre una afición campeona y otra orgullosa de los suyos. No es mala forma de acabar, igual que Luis Enrique, que lo hizo con un último título bajo el brazo. Sólo faltó el VAR. Esperemos que sea la última vez que no está.
Ficha técnica
FC Barcelona, 3: Cillessen; Mascherano (André Gomes, m.9), Piqué, Umtiti, Jordi Alba; Busquets, Rakitic (Aleix Vidal, m. 82), Iniesta; Messi, Paco Alcácer y Neymar
Deportivo Alavés, 1: Pacheco; Kiko Femenía, Vigaray, Ely, Feddal, Theo Hernández (Romero, m. 79); Marcos Llorente, Manu García; Édgar Méndez (Camarasa, m.59), Ibai (Sobrino, m.59); y Deyverson
Goles: 1-0, m.30: Messi; 1-1, m.33: Theo Hernández, de falta directa; 2-1, m.44: Neymar; 3-1, m.45+2: Paco Alcácer
Árbitro: Clos Gómez (Comité aragonés). Mostró tarjeta amarilla a Umtiti (m.41), Iniesta (m.76) y Messi (m.76), del Barcelona; y a Édgar (m.16), Manu García (m.39), Ely (m.49), Sobrino (m.76) y Deyverson (m.88), del Alavés
Incidencias: Final de la Copa del Rey disputada en el estadio Vicente Calderón ante unos 45.000 espectadores.