El París Saint Germain abusó de los suplentes del Mónaco, ganó 5-0 y se citó con el Angers para disputar la final de la Copa de Francia.
Unai Emery está de enhorabuena. De momento, sólo tiene un "pero" esta temporada, la eliminación en cuartos de final de la Liga de Campeones con aquel doloroso 6-1 ante el Barcelona. Todo lo que ha venido después ha conseguido paliar poco a poco aquel resultado inesperado que llegó a cuestionar el trabajo del técnico español.
A la final de la Supercopa de Francia que ganó en verano, el París Saint Germain de Emery sumó la Copa de la Liga tras el desastre del Camp Nou. Precisamente, se la ganó al Mónaco (1-4), que este miércoles volvió a hincar la rodilla y se quedó sin final después de caer goleado en semifinales.
El cuadro monegasco, con el Juventus a la vuelta de la esquina, apostó por sentar e incluso no convocar a varios de sus mejores jugadores. En el banquillo o en la grada se quedaron Falcao, Mbappe, Sidibe, Mendy, Glik, Jemerson y Bakayoko. Fueron demasiadas ausencias importantes para enfrentarse a un equipo de primera línea.
Emery no guardó nada en su armario, salió al partido con todo lo mejor que pudo y el París Saint Germain no dio opciones a su rival. En todo momento dominó el partido, que tuvo un nombre propio: Edinson Cavani.
El jugador uruguayo rubricó su gran actuación con un golazo de tacón. Cavani es un delantero de una calidad incuestionable y su tanto, el segundo de la noche, fue para enmarcar. Aprovechó un centro de Ángel Di María desde la banda derecha y, con un movimiento estético y efectivo, ofreció la mejor imagen de la noche.
Antes, Julian Draxler abrió el marcador tras un falló del portero Morgan de Sanctis, que no agarró un balón fácil y Cavani rebañó la pelota para dejársela en bandeja a su compañero. Ese tanto de Draxler, más el golazo de Edinson y el dominio incontestable del París Saint Germain, prácticamente sentenció la eliminatoria para el equipo de Emery.
La segunda parte fue otro monólogo del conjunto francés, que con esa inercia positiva aumentó la renta con un desafortunado gol en propia meta de Mbae y con el cuarto obra de Matuidi tras otra asistencia de Di María en el minuto 52.
Con cuatro goles de ventaja y con más de media hora por delante, el París Saint Germain disminuyó sus revoluciones y se llevó un encuentro que vale una final. Aún tuvo tiempo de hacer el quinto, ya en el minuto 90, y en las botas de Marquinhos.
El 27 de mayo, en el Stade de France, Emery podría sumar su tercer título del curso. Y podrían ser cuatro si consigue romper la resistencia del Mónaco en la Liga. Por ahora, es líder con los mismos puntos que su gran rival.