"La Premier League se ha acabado para nosotros. Ahora la pelea está entre el Tottenham y el Chelsea. Ahora queremos un lugar en la Champions". Fueron las palabras pronunciadas este miércoles por Pep Guardiola en la sala de prensa Stamford Bridge después de que su equipo, el Manchester City, cayera por 2-1 ante los blues, en el partido estrella de la trigésimo primera jornada de la liga inglesa.
A siete jornadas para el final del campeonato, los citizens son cuartos con 58 puntos, a 14 del líder Chelsea. Por delante del conjunto del Etihad Stadium también figuran el Tottenham (65 puntos) y el Liverpool (60), mientras que al acecho están el Arsenal y el Manchester United, ambos con 54 —aunque tanto los gunners como los Red Devils tienen un partido menos—. Números realmente decepcionantes para un equipo que aspiraba a ganarlo todo este curso, sobre todo viendo el potencial que tiene su plantilla (Kun Agüero, De Bruyne, Silva, Sterling, Leroy Sané, Gündogan, Bravo...).
Pero no sólo la Premier, sino que el Manchester City también ha dicho adiós a otros dos títulos esta temporada como la Champions League —de la que los skyblues fueron apeados por el Mónaco en octavos de final— y la Copa de la Liga —competición que cada dos por tres cambia de nombre y que fue ganada el pasado mes de febrero por el Manchester United de José Mourinho, precisamente su verdugo en los octavos de final—.
La FA Cup como consuelo
De esta forma, al club del Etihad Stadium, que se gastó más de 200 millones de euros en fichajes el pasado verano (John Stones, Sané, Nolito, Ilkay Gündogan, Claudio Bravo y Gabriel Jesús), ya sólo le queda la FA Cup para salvar la temporada. El City se medirá el 23 de abril al Arsenal en semifinales —a partido único, que se disputará en el Emirates Stadium de Londres— y, en caso de alcanzar la final, se jugaría el título a finales de mayo en Wembley con el ganador de la otra semifinal entre Chelsea y Tottenham.
En definitiva, una temporada decepcionante para un Guardiola que ni mucho menos va a poder mejorar lo conseguido por Manuel Pellegrini la pasada temporada, cuando la formación de Manchester ganó la Copa de la Liga, terminó cuarta en la Premier y fue eliminada en semifinales de la Champions por el Real Madrid.
Un currículum indudable y envidiable
Desde que luego que a estas alturas nadie puede poner en duda el currículum de Guardiola, que conquistó el sextete en su primera temporada como entrenador del Barcelona (2008/09) y logró un total de 14 títulos en cuatro campañas como técnico azulgrana —incluyendo dos Champions y dos Mundiales de Clubes—, antes de tomarse un año sabático, además de mantener la hegemonía del Bayern de Múnich en Alemania —sin embargo, el gran problema del técnico catalán en el club bávaro fue el hecho de perder tres semifinales consecutivas ante Real Madrid, Barça y Atlético, quedándose por debajo del altísimo listón que Jupp Heynckes le había dejado en el banquillo muniqués—. En total, 21 trofeos en su palmarés en su carrera como técnico.
La pregunta que muchos aficionados —especialmente del City— se hacen ahora es: ¿realmente es Pep Guardiola el gran entrenador que todos creían? Aunque su salario indique una cosa —el de Sampedor, con contrato hasta junio de 2019, percibe 25 millones de euros netos por temporada—, los éxitos deportivos sobre el terreno de juego están reflejando otra cosas distinta en su primera experiencia en Inglaterra.
Más derrotas que nunca
Y es que Guardiola y los suyos han encajado esta temporada nueve derrotas entre todas las competiciones, seis de ellas en la Premier League —dos contra el Chelsea (la última este mismo miércoles) y las otras cuatro frente a Tottenham, Leicester, Liverpool y Everton, esta última en Goodison Park por un contundente 4-0—.
Nunca antes un equipo de élite dirigido por el técnico barcelonés, desde agosto de 2008, había sufrido tantas derrotas en la competición doméstica. Fue precisamente esa campaña, la 2008/09, cuando Guardiola perdió más partidos en liga, con cinco, hasta la fecha. La siguiente temporada (2009/10), el Barça de Pep sólo encajó una derrota en el torneo doméstico —ante el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón— para un total de siete entre todas las competiciones.
Teniendo en cuenta todos los torneos, las mejores campañas de Guardiola, en cuanto a números, fueron la última en el Barça (2011/12) y la última en el Bayern (2015/16) al encajar tan sólo cuatro derrotas.
Este curso, en su primer año al frente del City, Guardiola ya ha sufrido seis derrotas en la Premier para un total de nueve —a esas seis en liga hay que sumarle dos en la Champions (una contra el Barça en la fase de grupos y otra en la vuelta de octavos en Mónaco) y una contra el Manchester United en octavos de la Copa de la Liga—, cuando el equipo skyblue aún tiene al menos nueve partidos pendientes por disputar, ocho de ellos en la Premier League.
Es decir, Guardiola yaha empeorado con el City los números conseguidos en sus siete temporadas en los banquillos entre el Barça y el Bayern. Eliminados de la Champions y casi sin posibilidades matemáticas de ganar la Premier, los citizens han jugado un total de 47 partidos oficiales esta temporada entre todas las competiciones, con un balance total de 27 victorias, 11 empates y 9 derrotas.
¿Lo que bien empieza, bien acaba?
El técnico de Sampedor empezó la temporada como un tiro, firmando diez victorias al comienzo de curso —récord en la historia del Manchester City—, pero la cruda realidad le he acabado poniendo en su sitio. En su ya dilatada carrera como entrenador, Guardiola ha estado por primera vez seis partidos seguidos sin ganar —entre el 28 de septiembre y el 29 de octubre— y ahora los citizens no conocen la victoria desde el pasado 11 de marzo, cuando se impusieron por 0-2 al Middlesbrough (que entonces dirigía Aitor Karanka) en cuartos de la FA Cup.
Desde entonces, derrota contra el Mónaco en la vuelta de octavos de la Champions (3-1), empate en casa contra el Liverpool (1-1), pinchazo en el Emirates frente al Arsenal (2-2) y la última derrota en la Premier frente al Chelsea en Stamford Bridge (2-1).
Descorazonadores guarismos, en definitiva, para un equipo y un entrenador que estaban llamados a hacer grandes cosas tanto en la Premier League como en Europa pero que, contra todo pronóstico, vuelven a darse de bruces contra la cruda realidad, sin poder seguir haciéndole sombra a los monstruos del Viejo Continente llamados Real Madrid, Bayern de Múnich, Barcelona o Atlético de Madrid.