El Atlético rema hasta morir en la orilla del Barcelona (1-1)

El Atlético de Madrid tenía que arriesgar, mantener viva la eliminatoria en todo momento y eso fue lo que hizo en el Camp Nou para alegría de los que aún creen en el ADN del equipo rojiblanco con el Cholo Simeone a la cabeza. El 'pero' fue que todas las balas se encasquillaron y cuando tienes delante una ametralladora, no hay margen de error.

La esencia del equipo de Simeone parece seguir intacta, pero el gol es la gran asignatura pendiente de los colchoneros y a la hora de ganar títulos en continuos cruces con Barcelona y Real Madrid por los mismos, si no aciertas con la portería rival te lo hacen pagar. La semifinal copera fue eso precisamente: un duelo entre un equipo que falló lo que tuvo a su disposición frente a otro que tiene tanta pólvora que acierta casi por castigo.

El Barça de Luis Enrique hizo valer su gran primera parte en el Calderón y ya tiene su plaza en la final de la Copa del Rey. Eso sí, tendrá que disputar el partido definitivo sin Sergi Roberto y Luis Suárez, ambos expulsados.

Ocasiones sin gol igual a castigo

Un gol es mucho en fútbol y más cuando vives balanceándote en la tela de araña de marcar para revivir o recibir un gol para verlo todo aún más difícil. El gol de Luis Suárez al final de la primera parte evidenció que la falta de pegada rojiblanca en la segunda parte de la ida y en la primera de la vuelta fueron un lastre imposible de levantar. Los rojiblancos lo merecieron, pero no lo consiguieron y eso en fútbol, se paga.

El Atlético saltó al césped con las ideas muy claras. Presionó a la zaga rival y a la medular para obligar a Cillessen a jugar con balones largos y ese agobio que instauró el Cholo Simeone en el Barcelona permitió a los visitantes jugar los mejores 25 minutos de lo que llevamos de temporada. Torres, Carrasco, Koke, Godín, Filipe, Griezmann… Los seis tuvieron ocasiones claras para meterse en la eliminatoria y sólo la falta de precisión y la seguridad del portero azulgrana evitaron el 0-1.

Los colchoneros fueron más rápidos y estuvieron más atentos en todas las acciones aunque su falta de gol acabó revitalizando el lado de la balanza local que, pese a verse arrollado, sólo había restado minutos del cronómetro de cara a mantener el 1-2 del Calderón. Pasados esos instantes de merecimientos atléticos, el Barcelona empezó a liberarse de la presión jugando con más serenidad y alargando las posesiones para hacer correr con más corazón que cabeza a su rival.

A partir de la media hora de juego, el Atlético se fue desdibujando y justo antes del descanso llegó el punto diferenciador que asumen la mayoría de equipos que se enfrentan al Barcelona: ellos no tienen a Messi. El argentino provocaría el gol de Luis Suárez tirando una diagonal, forzando la parada de Moyá con un zurdazo raso y viendo posteriormente como los réditos de su jugada los aprovechaba el ‘9’ charrúa.

El gol daba tranquilidad al Camp Nou, paraba las ambiciones del Atlético de Madrid, pero poco había cambiado en cuanto a los objetivos. El Barcelona tenía que seguir manteniendo un resultado y el equipo del Cholo marcar dos goles para soñar con la final de Copa.

Tres expulsados, un penalti y agonía final

El Camp Nou se marchó al descanso sabedor de que un solo tanto del Atlético de Madrid reviviría la eliminatoria y pese a saberlo, Luis Enrique y los suyos se vieron avocados a un final lleno de sufrimiento.

El Atlético no tuvo ni mucho menos tantas oportunidades como en la primera parte y sería el propio Barcelona el causante de meterle en el partido nuevamente con la expulsión de Sergi Roberto cuando el choque parecía dormido. La expulsión del lateral llegaría justo después de la lesión de Godín y antes de un gol mal anulado a Antoine Griezmann. Un posible penalti a Torres en el primer acto y el fuera de juego inexistente en el segundo, polémicas que darán mucho que hablar. Para variar.

Con 10, el Barcelona volvió a recular y el Atlético duró en sus acometidas el tiempo que transcurrió desde su superioridad hasta la expulsión de Carrasco. Es una evidencia que el belga se resbaló, pero su partido fue malo en todos los sentidos. Ni gol, ni sensaciones. El ‘10’ subió tanto a los altares en octubre que lleva sin bajar al césped desde ese mes y a Simeone le empieza a desesperar esperar a su ‘10’.

La igualdad de piezas en el tablero sumada a los cambios de Simeone y Luis Enrique mantuvieron en punto muerto la batalla por el partido. La tregua se rompería con el larguero de Messi y con el penalti de Piqué sobre Gameiro aunque volvería a mantenerse el pacto de no agresión cuando el francés lo lanzó a las nubes. El Atlético, otra vez, sin gol, sin ‘9’ y pensando aún en Diego Costa y su ausencia desde hace ya dos años.

El partido ya había tenido salsa suficiente, pero aún quedaban varias cosas por acontecer. Primero llegaron el 2-0 ilegal de Suárez, que no valió, y después el gol redentor de Gameiro para el 1-1. A posteriori vino la expulsión tonta del uruguayo y por último llegó la imagen de Moyá subiendo a rematar un córner en la última acción peligrosa del encuentro.

El Atlético remó para morir en la orilla de Barcelona por culpa de su mala puntería. Simeone, como viene siendo habitual desde 2014, necesita que, de una vez, haya goles, no merecimientos. Esa delgada línea separa las semifinales de la final.

Ficha técnica

FC Barcelona, 1: Cillessen; Sergi Roberto, Gerard Piqué, Umtiti, Alba; André Gomes, Rakitic (Iniesta, m.72), Denis Suárez (Mascherano, m.61); Messi, Luis Suárez y Arda (Busquets, m.69)
Atlético Madrid, 1: Moyá; Juanfran, Godín (Lucas, m.49), Savic, Filipe Luis; Carrasco, Koke, Saúl, Gaitán (Correa, m.48); Griezmann y Fernando Torres (Gameiro, m.61)

Goles: 1-0, m.43: Luis Suárez; 1-1, m.83: Gameiro
Árbitro: Gil Manzano (Comité extremeño). Mostró cartulina amarilla a Sergi Roberto (m.19), Carrasco (m.36), Rakitic (m.66), Cillessen (m.76), Savic (m.77), Luis Suárez (m.87), Filipe Luis (m.94) y Sergio Busquets (m.95). Expulsó a Sergi Roberto (m.57), Carrasco (m.70) y a Luis Suárez (m.90) por doble amonestación
Incidencias: Partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey 2016/17 disputado en el Camp Nou ante 67.734 aficionados