Gianni Infantino se ha salido con la suya. El dirigente suizo, que el pasado 26 de febrero fue elegido presidente de la FIFA, verá este martes cómo el Consejo Consultivo da luz verde a la ampliación del número de equipos en las fases finales de la Copa del Mundo a partir de la edición de 2026 —con sede aún por decidir, aunque en principio todo apunta a que se celebrará de forma conjunta en Estados Unidos y Canadá—, pasando de los 32 actuales hasta los 48.
"Podemos pensar en una Copa del Mundo con 48 naciones para ofrecer más oportunidades a todos", dijo Infantino en una entrevista a AFP a principios del pasado mes de octubre. Tres meses después, el suizo va a ver cumplido su deseo, implantado así a escala mundial lo que ya había conseguido años atrás en la UEFA —como secretario general— con la Eurocopa al pasar de 16 selecciones a 24 —el formato está en vigor desde la pasada edición de Francia 2016—.
Cuando desembarcó en el máximo organismo del fútbol mundial, la idea inicial del suizo era aumentar de 32 a 40 el número de selecciones en la fase final. Pero, después de ser asesorado por su fichaje estrella Zvonimir Boban —a quién designó como secretario general adjunto de la FIFA—, Infantino cambió enseguida de parecer y pensó en aumentar en 16 el número de selecciones y no sólo en ocho.
"La idea de la FIFA es desarrollar el fútbol en todo el mundo. La Copa del Mundo es el evento más grande que hay. Es más que una competición, es un evento social", dijo Infantino en octubre pasado durante una visita a Colombia. En definitiva: más selecciones, más partidos, más aficionados y más dinero.
De hecho, la agencia AFP sacó a la luz el pasado viernes un informe confidencial de la FIFA en el que se asegura que el organismo verá aumentados sus ingresos netos hasta los 3.950 millones de euros, en lugar de los 3.345 millones de euros que se estiman para el Mundial de Rusia 2018. Es decir: 605 millones de euros más gracias a este incremento del número de equipos.
¿Cómo será el formato?
Con este escenario, los aficionados se plantean varias preguntas: ¿cómo será el formato de la Copa del Mundo? ¿Cuánto durará el torneo? Actualmente el torneo se disputa en un mes de competición —entre mediados de junio y mediados de julio, aproximadamente, aunque la edición de Qatar 2022 se disputará en invierno debido al intenso calor en la región— y el formato consta de una fase previa con ocho grupos de cuatro equipos y una fase final con tres eliminatorias —octavos de final, cuartos y semifinales— antes de la gran final y del partido por el tercer puesto que ponen el broche de oro al evento en el último fin de semana de competición. En total, 64 encuentros.
Con el nuevo formato, ideado por Boban —que fue una de las grandes estrellas del AC Milan en la década de los 90—, habría un total de 80 partidos que se disputarán en 32 días, lo que aumentará de manera drástica el número de encuentros por jornada, con el consiguiente impacto socio-mediático y beneficio económico.
Sobre la mesa se van a debatir las dos fórmulas ideadas para este formato por el exfutbolista croata, que igualmente va a presentar al Consejo Consultivo otra idea absolutamente novedosa: que no haya prórrogas hasta las semifinales y la final y que, en caso de empate en la fase de grupos, se resuelva por penaltis, con la intención de evitar el famoso biscotto o amaño.
De esta forma, tendremos 16 grupos de tres equipos. Se clasifican los dos primeros de cada grupo y, desde dieciseisavos, eliminación directa hasta la final.
Apoyos y detractores
La idea cuenta con el apoyo de figuras de la talla de José Mourinho, Samuel Eto'o, Karl Heinz Rummenigge o Diego Armando Maradona, mientras que entre los detractores más famosos se encuentra el seleccionador alemán, Joachim Löw. El técnico de la actual campeona del mundo comprende la postura de los "los países pequeños, que gracias a esto, podrían participar en el mayor escenario", como ocurrió en la pasada Eurocopa de Francia con selecciones como Gales —el equipo de Gareth Bale llegó hasta las semifinales—, Islandia o Albania. Pero Löw también advierte de que el aumento en el número de partidos produce un agotamiento "deportivo y mental" en los jugadores. "Tenemos que ser claros con eso, a largo plazo la calidad sufre. No debemos pasarnos", afirmó.
Con el formato actual de 32 equipos la distribución es la siguiente: 13 cupos completos para la zona UEFA (Europa), cinco para la CAF (África), cuatro para la Conmebol (Sudamérica) más un quinto que iría a la repesca con el campeón de Asia, cuatro para la AFC (Asia), tres para la Concacaf (Centroamérica) y uno compartido para el campeón de Oceanía con la Concacaf.
Con el nuevo formato de 48 selecciones, la distribución quedaría de esta forma: Europa tendría 16 equipos; Sudamérica clasificaría a 6,5; África a 9,5; Centroamérica a 6,5; a Asia 8,5 y Oceanía uno. En total los 48 finalistas, con los continentes africanos y asiático como los dos principales beneficiados de cara a la fase final de la Copa del Mundo.
Cabe recordar que para la pasada edición de la Copa del Mundo, disputada en Brasil 2014, se clasificaron estos 32 equipos: Alemania, Bélgica, Bosnia-Herzegovina, Croacia, España, Francia, Grecia, Holanda, Inglaterra, Italia, Portugal, Rusia y Suiza —zona UEFA—; Brasil (anfitrión), Argentina, Colombia, Chile, Ecuador y Uruguay —zona Conmebol—; Argelia, Camerún, Costa de Marfil, Ghana y Nigeria —zona CAF—; Australia, Corea del Sur, Irán y Japón —zona AFC—; Estados Unidos, Costa Rica, Honduras y México —zona Concacaf—.
Por poner un ejemplo, con el nuevo formato de 48 selecciones, irían los 32 equipos mencionados en el párrafo anterior más los otros 16 que, ateniéndonos a la clasificación actual de las distintas confederaciones, serían los siguientes: Israel, Serbia y Eslovenia —zona UEFA—; Ecuador, Paraguay y Perú —zona Conmebol—; República Democrática del Congo, Burkina Faso, Egipto, Sudáfrica y Túnez —zona CAF—; Arabia Saudí, Qatar, Tailandia y Uzbekistán —zona AFC—; y Nueva Zelanda —por primera vez uno fijo en la zona OFC, sin tener que pasar por la repesca—.
¿Un España-Uzbekistán en el Mundial?
¿Se imaginan, por ejemplo, un partido España-Uzbekistán? ¿O a la actual campeona del mundo, Alemania, enfrentándose contra Tailandia en una fase final? ¿Y a Brasil o Argentina contra Burkina Faso? Con el nuevo formato que está a punto de ver la luz, todo esto (y más) es perfectamente posible.
En definitiva, la calidad llegaría a verse seriamente comprometida —especialmente si los ejemplos que mencionamos llegan a hacerse realidad— con este nuevo formato de 48 equipos —independientemente de cualquiera de las dos fórmulas que se adopten—, convirtiendo en el torneo en un evento aún más aburrido, aunque la FIFA obtendría pingües beneficios y, con ella, también las televisiones y los distintos patrocinadores. En definitiva, un negocio redondo para Gianni Infantino y la organización que preside desde hace ya casi un año.