Zidane se ha propuesto para este 2017 no repetir el inesperado desenlace de Carlo Ancelotti en el 2015 cuando el equipo se desplomó de la noche a la mañana. Para que esto suceda, no basta con desearlo mucho o tener flor. Hace falta trabajar, saber de fútbol y de cómo dirigir un vestuario tan complejo como el Real Madrid.
Ancelotti supo formar un gran equipo congeniando a 11, 12 o 13 jugadores. Zidane está consiguiendo lo mismo, en una racha superior, pero tiene a toda la plantilla enchufada porque utiliza a todos. Todos. No es una exageración. Ante el alabado Sevilla, nadie echó de menos a la BBC – ausente al completo – porque en este Madrid da igual quien juegue. Da gusto verle y eso es mérito de Zidane. Sampaoli quiso "meter al Madrid en su campo" y su Sevilla no salió de su área hasta la media hora de juego donde fueron arrollados.
Zidane está de dulce
Todo le sale al galo pero porque pone los medios para que así suceda. Hace una semana y media James Rodríguez se hizo el harakiri en la final del mundialito. Al instante se montaron debates sobre si el colombiano debía marcharse de forma inmediata y desde el propio club se fechaba el mes de junio para hablar de una posible salida. ¿Qué hacía Zidane? Hablar con James, abrazarle y reírse con él. A los dos días James era titular por tercer partido consecutivo – sin contar el mundialito- y firmaba un doblete. ¿Casualidad? No. Eso no es flor. Eso es inteligencia. La jugada de Zidane con James fue rematada con una sustitución oportuna en la segunda parte. El colombiano se dio el gustazo de irse al banquillo entre los aplausos del Bernabéu. Y así ha conseguido meterse en el bolsillo a un excelente futbolista.
James saca a relucir su tremendo talento
Sacarse a James de la chistera, es un truco más de Zidane. Un movimiento sutil, como el de los magos, que explica a la perfección el excelente partido del Real Madrid, sobre todo en la primera parte. Conjuntó el talento habitual, con un alto ritmo de juego, gran movilidad de los jugadores y una actitud colectiva que hacía mucho no se veía en Bernabéu. Todo plasmado en una presión terrorífica. Así consiguieron que el Sevilla, con orden de no dar un patadón, no pudiera pasar del centro del campo con la pelota. A los nueve minutos, Casemiro, que penaliza al máximo un pase sin tensión o una recepción mal perfilada, se adelantó a Nzonzi y un robo en la frontal del área se tradujo en el 1 a 0. Un trallazo de James con la zurda, con rosca y pegado al poste. Muy al estilo de Leo Messi.
Mateu, triste protagonista
El segundo tanto llegó al borde de la media hora. Un saque de esquina fue rematado por Varane. Hubo falta de Morata sobre Ramí que no se señaló y ahí comenzó un cuarto de hora nefasto de Mateu Lahoz.
Como siempre, el árbitro confundió a todos con su indescifrable criterio. Faltas que no son y que pita. Faltas que son y que no pita. Poco a poco fue montándose su propio show en el que el Sevilla fue perjudicado con un penalti que no era en el minuto 44. James empuja a Mariano y este, por la fuerza del empujón, hace lo propio sobre Modric. Marcó James desde los once metros y 3 a 0 al descanso. El mejor Real Madrid de toda la temporada fue compatible con un esperpéntico Mateu que acertó al no señalar penalti sobre Iborra en una acción con Carvajal y a quien sus ayudantes no le ayudaron con un fuera de juego señalado de Vitolo que no lo era.
Se hablará más de Mateu que del eléctrico y fabuloso juego del Real Madrid que rozó lo excelente en varios tramos del partido. De hecho, pudieron anotar dos goles cuyas repeticiones hubieran mostrado el gran juego colectivo. Luka Modric y una chilena que se marchó besando el poste y una volea de Marcelo tras una asistencia de James desde la otra punta del campo. Es difícil destacar a un solo futbolista. Todos estuvieron a un nivel notable. Se debe hablar de todos. Desde Morata hasta Kiko Casilla que estuvo acertado en las dos únicas ocasiones que tuvo el Sevilla. Un mano a mano de Vitolo y un disparo tímido de Correa que mando a las nubes Iborra cuando en el rechazo sólo tenía que empujar la pelota a la red.
El Sevilla, desconocido
"Hemos perdido un tiempo" dijo Sampaoli que quitó a Ganso por Sarabia al descanso. Luego entraron Kranevitter y Ben Yedder en los últimos minutos pero no cambio la dinámica del partido. Estaba más cerca el 4 a 0 que el 3 a 1. Isco salió por James. Mariano por Morata y el canterano vaya si aprovechó los siete minutos que estuvo en el Bernabéu. Cada segundo en el campo es un regalo para él y así lo están entendiendo todos los jugadores. Todos. No 11, 12 o 13. Quizá este 2017 no sea como aquel 2015. Veremos. De momento, el Madrid parece equipo de cuartos de final sin Ramos, Pepe, Kovacic, Lucas Vázquez, Bale y Ronaldo. Casi nada.
Ficha técnica:
Real Madrid, 3: Casilla; Carvajal, Varane, Nacho, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric; James (Danilo, m.79), Morata (Mariano, m.83) y Asensio (Isco, m.66).
Sevilla, 0: Sergio Rico, Mariano Ferreira, Rami, Mercado, Escudero, N'Zonzi, Iborra (Kranevitter, m.59); Nasri, Ganso (Sarabia, m.46), Vitolo y Correa (Ben Yedder, m.82).
Goles: 1-0, M.11: James Rodríguez. 2-0, M.29: Varane. 3-0, M.44: James Rodríguez, de penalti
Árbitro: Antonio Miguel Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amonestó a Iborra (m.24), Ganso (m.26), Carvajal (m.42), Marcelo (m.42), Mercado (m.43) y Vitolo (m.83)
Incidencias: Partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 78.969 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Gregorio Paunero, exvicepresidente y exdirectivo del Real Madrid.