El Real Madrid del Vicente Calderón se quedó en el Vicente Calderón. El aficionado blanco que se relamía pensando en un futuro donde además de ganar, su equipo practicaría el fútbol del pasado sábado, tendrá que esperar. No ha habido un antes y un después del gran partido ante el Atlético de Madrid. No se ha descubierto la formula secreta de repente.
Zidane apostó por el mismo sistema, salvo por la entrada de Sergio Ramos, por los mismos jugadores, pero el Madrid no fue el mismo. Fue más a aquel Real Madrid que gana, porque ya lleva 30 partidos sin perder, pero que deja más dudas que alegrías. Ganar de cualquier forma no es suficiente para este club. El esfuerzo realizado hace tres días, es la única excusa valida para defender el pobre partido que ha realizado el Madrid en conjunto y casi todos sus jugadores de manera individualizada.
Misma idea, distinto rendimiento
Una jugada a balón parado de Varane abrió las puertas de los octavos. Unas puertas que se entornaban con cada contraataque veloz y peligroso del Sporting de Portugal. El mismo sistema defensivo que ante el Atlético de Madrid, el mismo esfuerzo de repliegue de Bale, Lucas e Isco pero sin la misma efectividad.
El Madrid sí volvió a sufrir y mucho sin la pelota. Sin embargo, la suerte se visitó de morado para brindarle el gol a Varane. Una falta lateral botada por Modric cayó en Ronaldo que tras un tiro o en un pase, no se sabe qué intentó, dejó a Varane sólo ante Rui Patricio para fusilarle por la escuadra. El gol podría haber sido un bálsamo para el Real Madrid, como en el Calderón, pero no fue así. Nunca llegaron a estar cómodos. Ni siquiera con ventaja en el marcador y un jugador más sobre el terreno de juego.
Isco y Modric no tuvieron su día y nadie aportó luz
Bale y Lucas daban amplitud y profundidad, Ronaldo se movía pero ninguno generaba ventajas ni por dentro ni por fuera. Faltaba fútbol en largo y de asociación porque dos de los tres mediocentros estuvieron por debajo de su nivel habitual. Modric e Isco no tuvieron su noche y el Madrid lo notó. A penas participaban y cuando lo hacían no ofrecían claridad en el juego. Incluso perdían balones absurdos en posiciones claras. No llegaban al nivel de Sergio Ramos que estuvo a punto de regalar un gol al borde del descanso, pero es evidente que sólo Kovacic mantuvo el tipo por el centro del campo. El más joven de los croatas está siendo la revelación de la temporada. Sus cambios de ritmo con la pelota para romper líneas, están siendo fundamentales. Pero Kovacic no es el jugador para dormir un partido que aceleraba el Sporting cada vez que podía. Los portugueses, que ya estuvieron a punto de ganar en el Bernabéu, se fueron al descanso perdiendo pero no sería por oportunidades. Sergio Ramos salvó dos goles cantados y medio estadio cantó el tanto de César de falta.
Salvo Kovacic, 33 de 34 pases correctos, y la solvencia de Varane, no había mucho más a destacar positivamente. Ojalá por el bien del Madrid que el partidazo del francés ante el Atlético, su gol y este encuentro, le den la confianza necesaria para explotar definitivamente. Gareth Bale, al igual que ante el Atlético de Madrid, no explotó en ataque salvo en jugadas puntuales. Da angustia verle como se quiere asociar pero casi nunca tiene el balón orientado al irse siempre hacía la izquierda.
Marcelo, que rozó el penalti en una falta sobre Martins, dio el susto. Parecía que se había roto. Sería sustituido por Coentrao porque el joven extremo le estaba volviendo loco y el brasileño tenía tarjeta. No fue un susla acción de Gareth Bale. El galés se llevó un golpe fuerte en el tobillo y mañana, si ha bajado la inlflamación, le harán pruebas médicas. En una semana y media el Real Madrid juega en el Camp Nou ante el Barcelona. En el minuto 64, Kovacic exageró una supuesta agresión de Joao y el Sporting de Portugal se quedó con un jugador menos.
Con 10, el Sporting se creció
El Madrid lo tenía todo para disfrutar en la última media hora después de más de una hora de sufrimiento. Pero fue todo lo contrario. Se relajaron todos y el Sporting fue mucho mejor. Con intensidad, velocidad y un Martins que apunta maneras, fue suficiente para que crearan ocasiones para un empate que llegó de la manera más absurda. Coentrao reclama manos de Campbell y al levantar las manos para protestar, la pelota le golpe en su brazo izquierdo. Penalti y el Sporting empató con el tanto de Adrien Silva en el minuto 80.
El José Alvalade no podía creérselo. Tenían la opción de ganar el partido. Y por sensaciones estaba más cerca de una victoria local. Sin embargo, Benzema, que había entrado por Isco, marcó el 1 a 2 a los cinco minutos. Un buen cabezazo del francés tras un buen centro de Sergio Ramos. Fue lo poco destacado del capitán del Real Madrid que aportó menos seguridad que Nacho Fernández.
El Madrid, clasificado para los octavos de final, se jugará la primera plaza ante el Borussia de Dortmund. Si muestran más ambición competitiva y actitud, el Real Madrid sería más habitualmente el del Calderón y no habría casi dudas de que ganarían a los alemanes en la última jornada pero como no se sabe que versión del Madrid veremos, es normal que surjan ciertas dudas entorno al equipo de Zidane.
Ficha técnica:
Sporting Club Portugal, 1: Rui Patricio; Joao Pereira, Coates, Semedo, Zeegelaar; William Carvalho; Gelson Martins, Bruno César (Campbell, min. 62), Adrien Silva, Bryan Ruiz (Schelotto, min. 67); y Bas Dost (André, min. 76).
Real Madrid, 1: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo (Coentrao, min. 72); Modric, Kovacic; Lucas Vázquez, Isco (Benzema, min. 67), Bale (Asensio, min. 58); y Cristiano.
Goles: 0-1, min. 29: Varane; 1-1, min. 80: Adrien Silva, de penalti; 1-2, min. 87: Benzema.
Árbitro: William Collum (Escocia). Mostró cartulina amarilla a Marcelo (min. 39) por parte del Real Madrid, y a Bryan Ruiz (min. 57), Campbell (min. 90) y André (min. 92) por parte del Sporting Portugal. Expulsó a Joao Pereira (min. 64) con roja directa.
Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada del grupo F de la Liga de Campeones disputado en el estadio José Alvalade de Lisboa ante unos 50.000 espectadores.