El tribunal deportivo de la Federación Alemana de Fútbol ha impuesto este lunes una multa de 60.000 euros al Dynamo Dresden, de la segunda división del fútbol alemán, por la conducta antideportiva de su hinchada el pasado verano en un partido de la Copa de Alemania, cuando lanzaron una cabeza de toro al terreno de juego.
Además de la multa, el tribunal determinó el cierre de parte de las gradas del estadio local para el próximo encuentro en casa, según informó el club en un comunicado. La sentencia es más dura que la propuesta inicial de la comisión de control de la Federación.
Los incidentes tuvieron lugar el pasado 20 de agosto en un encuentro contra el RB Leipzig, equipo fundado en el año 2009 por la empresa Red Bull y que se ha convertido en el club revelación en su estreno esta temporada en la primera división de la Bundesliga, pisándole los talones al mismísimo Bayern de Múnich.
Se trataba de un partido de la primera ronda y desde las gradas del estadio del Dynamo Dresde los aficionados lanzaron al campo una cabeza de toro.
En su comunicado, el Dynamo Dresden explicó que habían solicitado una multa máxima de 40.000 euros y avanzó que probablemente recurrirá la sentencia. Los responsables del club mostraron su incomprensión ante el importe de la sanción, "totalmente desproporcionada", después de todos los esfuerzos realizados para que el partido, considerado de alto riesgo, se celebrara de forma pacífica y sin violencia.
Algunas pancartas y la cabeza de toro sobrepasaron las fronteras del mal gusto, según reconocieron estos responsables, pero el club se distanció de ellas desde el primer momento.
Un incidente que recuerda a lo ocurrido el 23 de noviembre de 2002 en el Camp Nou, durante un clásico de la Liga española entre el FC Barcelona y el Real Madrid. Aquel día, Luis Figo visitaba por segunda vez el que había sido su estadio y sufrió en sus carnes un ambiente absolutamente hostil por parte de la afición culé, que no dudó en insultar al portugués cada vez que se acercaba a la banda o a sacar un córner, e incluso desde la grada llegó a caer sobre el césped, por detrás de él, una cabeza de cochinillo.
El Camp Nou fue clausurado con una sanción de dos partidos que jamás cumplió, debido a que el Comité de Competición acabaría retirando el castigo en 2005.