El Real Madrid consiguió una importante victoria ante el Galatasaray, por 90-81, gracias al poder anotador de Sergio Llull que fue de lo poco salvable de un Real Madrid demasiado plano en su juego y con una defensa que sólo en los minutos finales entorpeció el ataque de los otomanos.
Los fallos en ataque y la poca eficiencia defensiva volvieron a ser las notas predominantes de un Real Madrid demasiado plano en su rendimiento en los primeros minutos del partido, 11-12 (min.5). Sólo el mexicano Gustavo Ayón y Sergio Llull estuvieron un poco más acertados.
El Galatasaray, por el contrario, encontró en el serbio Vladimir Micov al líder anotador que necesitaban para poner en apuros al Madrid en su terreno. El primer cuarto acabó con 19-22.
No cambiaron las cosas en el segundo, casi al contrario. La defensa madridista siguió con un paupérrimo resultado y Micov campando a sus anchas con cuatro triples sin fallo en su haber.
Esta vez el rebote no fue el problema, pero sí la falta de implicación atrás, lo que unido a la falta de triples (2 de 9 en los primeros veinte minutos) dejó al Madrid sin mordiente, sin picante, sin casi nada.
Durante muchos momentos el partido se limitó a un intercambio de canastas que hicieron engordar el marcador y sólo al final del segundo cuarto el Madrid consiguió engarzar un parcial de 7-2 en un par de minutos, del 15 al 17 para estrechar un poco el marcador, 39-41.
Cuando pareció que, por fin, el Madrid estaba en disposición de ponerse por delante en el marcador, volvió a recaer en los mismos problemas para acabar marchándose al vestuario con un 45-47 poco tranquilizador.
Pablo Laso volvió a recurrir a la conexión castellano-parlante para iniciar el tercer cuarto, es decir, Llull, Rudy Fernández, Felipe Reyes y Ayón, junto a Jonas Maciulis, autor de un triple en los primeros segundos que devolvieron al Madrid a números negros, 48-47, después de mucho tiempo.
El oficio del capitán, Reyes, en defensa sellando a Micov en la anotación sirvió de ejemplo al resto para poner un mayor empeño atrás, aunque el marcador se resistió a reflejar esa nueva realidad, 54-55 (min. 25).
Llull tomó la batuta anotadora del Real Madrid con dos triples seguidos, 63-60 (min.28), mientras que Emir Preldzic fue el faro de un Galatasaray que se resistió a dar su brazo a torcer.
El tercer triple del base-escolta menorquín, 13 puntos en el cuarto, permitió al Real cerrar el tercer acto arriba en el marcador, 66-64, aunque siguiera sin tener nada clara la victoria en el partido.
Rudy y sus dos triples seguidos permitieron al Madrid alcanzar la mayor renta de la noche hasta ese momento, 72-66 (min. 22.45), aunque el equipo turco reaccionó con un triple de Justin Dentmon.
Jaycee Carroll, que no había estado fino, anotó desde los 6,75 metros para devolver al Madrid la ventaja 77-71 (min.35), pero el Galatasaray con aciertos propios y fallos de los locales siguió sin descolgarse en el marcador, 77-75 (min.35.45).
A estas alturas la defensa del Real Madrid no es que fuera maravillosa, pero al menos dificultaba el ataque de los otomanos en la medida de lo posible.
El Madrid entró en los últimos tres minutos de partido con un 81-77 incierto y con Gustavo Ayón eliminado por cinco personales. Reyes tuvo que volver a salir al rescate, pese a haber sufrido un proceso febril apenas hacía 48 horas.
Rudy con un nuevo triple selló la victoria por 90-81. Una victoria demasiado abultada por lo acontecido sobre el parqué y que llegó gracias al poder anotador de Llull.
Ficha técnica:
Real Madrid, 90 (19+26+21+24): Randolph (7), Llull (23), Maciulis (5), Rudy (13) y Ayón (10) -equipo inicial-, Reyes (2), Carroll (3), Hunter (7), Thompkins (6), Taylor (3) y Doncic (11).
Galatasaray, 81 (22+25+17+17): Smith (6), Micov (17), Tyus (14), Schilb (9) y Guler (8) -equipo inicial-, Diebler (5), Preldzic (10), Dentmon (6) y Thompson (6).
Árbitros: Sasa Pukl (SLO), Ilija Belosevic (SRB) y Jurgis Laurinavicius (LIT). Gustavo Ayón fue eliminado por cinco personales (min.37).
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de la Euroliga de baloncesto disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (Barclaycard Center) ante 8.914 espectadores. El partido comenzó con unos minutos de retraso por los sempiternos problemas con el marcador.