Atiende a Libertad Digital desde su domicilio en Madrid, instalado ya hace tres semanas en la capital porque, en un momento de desesperación, el Getafe pidió su auxilio para un proyecto ambicioso donde no cabe otra cosa que no sea el ascenso a Primera División. Habla con nosotros por teléfono y se atisba en José Bordalás (Alicante, 1964) un tono amable, distendido, a años luz de esa persona seria que dicen que es (en su trabajo sí desde luego por los resultados obtenidos), distante, arisca en alguna rueda de prensa el año pasado. Enseguida se pone a hablar de fútbol y está cómodo.
"Me apetecía entrenar pronto y acepté la llamada del Getafe, un club serio que acaba de bajar de Primera, con jugadores perfectos para las cosas que quiero. Me he encontrado un vestuario algo aturdido por la situación (antes de su llegada, destitución de Esnaider y 6 puntos conseguidos en 8 partidos) pero con trabajo esto se va a levantar".
Aunque el técnico no es amigo de hacer valoraciones a largo plazo y marcarse objetivos futuros. "Tenemos que pensar sólo en el partido siguiente. Esta categoría es muy dura, muy difícil, con equipos históricos que están todavía aquí, que no han logrado ascender. Es el caso del Almería, del Mallorca, del Valladolid, del Zaragoza. Imaginaos esos equipos, lo que sentirán. Aquí no se dan fácil tres pases seguidos, aquí te presionan mucho y estás siempre a la espera de un error".
No entendió bien lo que pasó el año pasado en Vitoria. Para ser más exactos la montaña rusa que vivió en 48 horas, cuando ascendió al equipo. En la celebración todo era alegría pero dos días después el club le comunicó que prescindía de él y fichaba a Mauricio Pellegrino para entrenar en Primera. "Lo tengo que aceptar, pero no lo entendí. Son decisiones duras que toman los clubes porque el entrenador siempre es la víctima. Yo estoy perfectamente capacitado para entrenar en Primera y estoy convencido que lo conseguiré, pero por el momento no me ha tocado. Me siento totalmente partícipe del éxito del Alavés que comenzaba la temporada sin ser favorito para estar arriba y fuimos campeones".
Los equipos de Bordalás son competitivos al máximo. Lo fue el Elche, que casi asciende a Primera con el alicantino en sus filas, lo fue el Alcorcón, pero en esas dos etapas en el equipo alfarero hubo quien confundió competitividad con violencia. "Eso no me gustó, porque no tenían razón. Fueron comentarios que surgieron y nosotros lo que hacíamos era adaptarnos a la categoría. A mí los jugadores que no están acostumbrados a Segunda me han llegado a decir ahora en el Getafe que no se dan fácil tres pases, que se juega presionando mucho y es verdad. Esto hay gente que no lo entiende, pero es así y por eso hay que jugar centrados. Ahora, que nadie piense que jugando siempre mal se asciende. Al fútbol hay que jugar bien porque es el camino para empezar a ganar".
Sabe que el reto que tiene en Getafe es inmenso con la única meta del ascenso pero al mister no le sacas fácil una contestación referente a objetivos. "Hemos conseguido siete puntos desde que estoy aquí, pero el objetivo es el Huesca y luego el Levante y luego el Alcorcón. Las metas son el partido del domingo. Así se juega en segunda".
Tras entrenar al Alicante, Hércules, Alcoyano, Elche, Alcorcón y Alavés y haber disputado dos play off para subir a Primera y tres para subir a Segunda, más un ascenso a Primera, la carrera de Bordalás se puede decir que es fructífera. Cumple objetivos, incluso en ocasiones no demandados por el club. Conoce la categoría y el Getafe ha apostado fuerte con la contratación del técnico. Un futuro míster de Primera, seguro de vida cuando alguien quiere resultados inmediatos y objetivos futuros.