Serios problemas se les presentan a Sergi Enrich y Antonio Luna, los dos jugadores del Eibar que aparecen, junto a una joven, en un vídeo sexual que desde este miércoles circula por las redes sociales. De momento, los dos futbolistas han sido denunciados por la chica ante la Erzaintza. El motivo es que ella en ningún momento dio su consentimiento para que la grabaran. De hecho, en el mismo vídeo la joven llega a decir "para, eso no", dando a entender que no quería que la grabaran.
De confirmarse esta negativa, Enrich y Luna se enfrentarían a graves problemas judiciales. Y es que los responsables de la difusión de este vídeo -tal vez se trate de los propios jugadores implicados- se exponen a penas de cárcel.
Hasta el 1 de julio de 2015 no era delito difundir imágenes o grabaciones audiovisuales de carácter íntimo, siempre y cuando se hubieran captado con el consentimiento de la otra persona o se las hubiera dado de manera voluntaria.
Sin embargo, en la última reforma del Código Penal se introdujo un nuevo apartado (197.7) por el que será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año el hecho de difundir, revelar o ceder a terceros imágenes o vídeos, sin autorización de la persona afectada, de aquella que hubiera obtenido con su anuencia, cuando la divulgación menoscabe gravemente su intimidad personal.
Dicho de otra manera: Sergi Enrich y Antonio Luna podrían ser condenados, aunque lo más probable es que no acaben en la cárcel al no tener antecedentes penales y tratarse en cualquier caso de una condena menor a 24 meses de cárcel.
El antecedente de Olvido Hormigos
El caso del vídeo sexual de los jugadores del Eibar -que en algunos mentideros ya es conocido con el nombre de Eibargate- recuerda al de Olvido Hormigos, la exconcejal socialista de Los Yébenes (Toledo) que en verano de 2012 saltó a la fama por la difusión de un vídeo íntimo en el que aparecía masturbándose.
Sin embargo, en el caso de Hormigos no se interpretó delito alguno por dos motivos: primero, porque ella nunca se opuso a la grabación del vídeo; y segundo, porque ella misma fue la que difundió el contenido, pese a que en un primer momento había ofrecido una versión totalmente distinta.