Un grupo de aficionados invadió el campo mientras la selección de fútbol de Brasil realizaba su primer entrenamiento en Manaos de cara al partido que el martes disputará contra Colombia por la octava jornada de la eliminatoria suramericana para el Mundial de Rusia 2018.
Poco antes de que concluyera la sesión de entrenamiento, decenas de personas consiguieron burlar la seguridad del estadio Arena da Amazonia y uno de ellos llegó incluso a derribar a Neymar en su afán por acercarse al astro de la canarinha.
Fernandinho, centrocampista del Guangzhou Evergrande chino, que intentó poner orden durante el incidente, restó importancia a lo acontecido en la rueda de prensa posterior al entrenamiento. "Es por el cariño que existe por parte de los aficionados hacia nosotros, los jugadores. Sólo les pedí que tuvieran calma para que no pasara nada", señaló el jugador.
Cerca de quince mil personas pudieron presenciar el entrenamiento a cambio de una donación de un kilo de alimentos para instituciones de caridad. La iniciativa formaba parte del acuerdo entre la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y la Justicia, después de que Fiscalía solicitara la cancelación del partido en la ciudad por los precios de las entradas, considerados "abusivos".
Antes de que los aficionados pudieran acceder al estadio, el seleccionador Tite trabajó durante una hora con los jugadores que fueron reservas durante la victoria del pasado jueves ante Ecuador, por 0-3.
Por su parte, el mediocentro Renato Augusto, que el jueves sufrió un corte en la pierna a raíz de una entrada del ecuatoriano Juan Carlos Paredes, no trabajó con el balón y se limitó a realizar ejercicios físicos.
Con doce puntos en su casillero, la selección brasileña es quinta en la clasificación; un punto por debajo de la de Colombia y a dos de la argentina, que con catorce lidera la tabla.