El mal arranque del Atlético de Madrid en este curso futbolístico 16/17 ha puesto nervioso a muchos. En la Ribera del Manzanares ni los más pesimistas esperaban firmar en la segunda jornada dos puntos tras enfrentarse a dos equipos recién ascendidos (Alavés y Leganés).
A pesar que desde el club colchonero se intenta transmitir tranquilidad, las declaraciones de Griezmann a pie de campo en Butarque nada más terminar el partido: "Jugando así vamos a luchar por evitar el descenso", parece que no sentaron nada bien a algún miembro del vestuario rojiblanco. O eso es lo que se desprende de las declaraciones este martes de Saúl Ñíguez. Concentrado con la selección española, el canterano atlético mandó un mensaje al delantero galo desde los micrófonos de 'Deportes Cuatro':
"Griezmann debe pensar lo que dice. Pedirá o no pedirá perdón pero tendrá que pensar otra cosa. Hay que pensar dónde estás y a qué equipo representas. No hay que seguir esa línea, no estoy para nada de acuerdo. Es verdad que al final del partido el cansancio, el calor, todo se junta... pero no puede decir eso", afirmó Saúl. "Tenemos unos valores y no podemos decir eso".
Las declaraciones de Saúl, concentrado con España y cuando han pasado ya tres días desde que Griezmann 'explotó' en Butarque, parecen fuera de lugar. Mientras el resbalón de Antoine, enfadado por el resultado del partido, se produce en caliente, sin pensar, el tirón de orejas de Saúl al 'Diablo Galo' es intencionado y meditado.
Lo que igual no sabe Saúl es que ni el Atlético ni Simeone, con un ambiente en el entorno algo enrarecido, necesitan que se reavive un fuego que a buen seguro ya se trató de puertas para dentro en el vestuario, y al que no había que darle más importancia que la que tiene que un jugador con gen ganador e impulsivo, como Griezmann, se enfade en caliente por no ganar.
Saúl, que parece que buscó más colgarse la medalla de colchonero de postín con un discurso de postal, que el bien común de su equipo. Algo inaceptable para Simeone.