Libertad Digital: ¿Cómo fueron tus orígenes en el atletismo? En más de una ocasión has contado que, al terminar tu jornada laboral en una fábrica de embutidos, empezabas los entrenamientos…
Abel Antón: Así es, eso es lo que hacía normalmente. Combinaba el trabajo con los entrenamientos y, cuando ya tuve una edad, debía decidir si me dedicaba al atletismo de manera profesional o simplemente como hobby. Decidí ser profesional. Entrenaba una hora al mediodía, luego descansaba y por la tarde volvía a entrenar otra vez. Con 21 años empecé a doblar los entrenamientos y fue entonces cuando empecé a destacar a nivel nacional e internacional. Ahí ya me dediqué exclusivamente al atletismo.
LD: ¿Con qué edad empezaste en este deporte?
AA: Empecé con 13 años. Fui pasando categorías y, en júnior, con 17 ó 18 años, ya era campeón de España de 5.000 metros y de cross. Pero no fue hasta los 21 años cuando entré realmente en la élite a nivel nacional e internacional. Ya era el número uno de España en 5.000 metros. Insisto que ahí fue cuando quise dedicarme al cien por cien al atletismo. Hasta entonces alternaba el trabajo con el atletismo. Había que estar preparado porque no sabía qué podía depararme el futuro.
LD: Tú siempre has sido un gran fondista, pero te iniciaste en el medio fondo…
AA: He combinado siempre distancias de medio fondo y de fondo, sobre todo de 1.500, 3.000, 5.000…. Prácticamente desde los 20 ó 21 años hasta los 30, que fue cuando pasé al 10.000. Hasta entonces hacía distancias más cortas. Mi carrera en los 10 kilómetros fue muy corta pero realmente me fue muy bien en esa distancia.
El reto de la maratón
LD: ¿Cómo fue esa evolución de pasar del 1.500 a la maratón?
AA: Entrenaba muchísimo de joven. Afortunadamente, en Soria tenemos unos campos maravillosos para correr y hacer fondo. Siempre he sido un atleta fondista, eso de hacer muchos kilómetros se me ha dado siempre bien. Al principio, para poder mejorar después en las carreras de medio fondo y de fondo, hacíamos carreras de 800 para coger velocidad. Yo tenía un sprint final muy fuerte como consecuencia de haberme preparado con pruebas cortas al principio. Cuando llegaba a las carreras de 5.000, 10.000 y maratón, era un atleta matador por el gran final que tenía.
LD: Tus primeros grandes éxitos a nivel internacional llegaron en los Europeos de Helsinki'94 con el oro en los 10.000 metros y el bronce en los 5.000. ¿Cómo recuerdas aquellos campeonatos?
AA: Fue algo muy bonito. Era la primera vez que doblaba una distancia, encima en un Campeonato de Europa, y acabé ganando medalla en las dos carreras. Doblar una distancia es muy difícil porque tienes que ganarte la plaza en las dos carreras. En 5.000 era el número uno en España, pero en 10.000 no lo tenía muy claro: tuve que participar en ese Campeonato de España de 10.000 y ganarlo para poder estar en las dos dos carreras. Y luego el Europeo, donde tuve que correr dos eliminatorias y las dos finales en apenas seis días. Además, era la primera vez que un español ganaba el oro en los 10.000, que doblaba una distancia y que sacaba medalla en dos pruebas.
LD: Éxitos sin duda importantes, pero si por algo se recuerda a Abel Antón es por ser campeón del mundo de maratón en Atenas'97 y en Sevilla'99. ¿Con cuál de las dos carreras te quedas?
AA: Las dos son especiales. La primera fue en el sitio natural donde nace la maratón, con esos 42 kilómetros de Maratón a Atenas. Fue increíble. Ganar un campeonato del mundo allí es especial y encima derrotando al entonces campeón del mundo, que era Martín Fiz. Pero yo le tengo más cariño al Mundial de Sevilla. Correr en tu casa, con tus aficionados, eso es más especial todavía porque lo vives mucho más. Un Mundial en el año 99, que igual en España no volvíamos a tener otro hasta 30 años después, vete tú a saber. Encima llegas en tu mejor momento deportivo y ganas en casa. Eso es todo lo que quiere todo deportista. A mí me ocurrió y estoy muy orgulloso de haber ganado en España. El maratón español estaba en su cota más alta. Los aficionados esperaban esa carrera, fue un momento súper especial.
LD: Llegaste a esos Mundiales de Atenas’97 con poca preparación específica en la maratón, pues decidiste centrarte en esta especialidad tras los Juegos de Atlanta’96. ¿No es así?
AA: Ya quería haber corrido la maratón en Atlanta, pero participé en los 10.000. Venía de ser campeón de Europa en Helsinki. Hice muy buena semifinal, pero la final fue más dura -acabó decimotercero- y parecía que los diezmiles no me sentaban entonces demasiado bien. Ahí fue cuando cambió mi trayectoria deportiva. Después de Atlanta dije: 'Bueno, sigo en el atletismo o me retiro'. Fue un momento de impasse. Ya tenía 33 años y me decidí a probar en la maratón. Tenía la de Berlín a la vuelta de la esquina y me dije que, si salía bien en Berlín, seguía en el atletismo; si no, lo dejaba. El caso es que gané. Estoy muy orgulloso de haber ganado la Maratón de Berlín, que tan difícil de ganar es para un atleta blanco. Estoy orgulloso de ganar y de haber seguido luego cinco años más en la élite del atletismo.
LD: Y es que, además de Abel Antón, en Berlín han ganado otros atletas de la talla de Gebrselassie, Kiprotich o Paul Tergat. Y es que, en tu caso, has corrido ocho maratones importantes y has ganado cinco de ellos, que no está nada mal…
AA: Además de Berlín, también gané en Londres (1998). Los maratones de Atenas y Sevilla, que antes recordábamos, y la de Kjongju (Corea del Sur), en el 97. Cinco maratones importantes, que es lo que me ha llevado a haber estado cinco años más en el atletismo.
LD: Hay varias figuras importantes en tu carrera. Hablábamos antes de Martín Fiz y quiero preguntarte ahora por Enrique Pascual, tu entrenador de toda la vida…
AA: Él me cogió cuando era un chaval, con 17 años. No sabía qué hacer, ni cómo entrenar, y ha estado conmigo desde entonces hasta que me retiré a los 39. Veintidós años aguantándome, que se dice pronto. Siempre nos hemos entendido muy bien y hemos tenido los objetivos muy claros. Enrique es un gran entrenador que sabe motivar a los atletas de élite para que estén siempre en forma el día D.
LD: Tu principal amigo en el atletismo es Fermín Cacho, pese a que habéis competido en disciplinas distintas...
AA: Mi gran amigo. Desde siempre. Nos levantábamos todos los días y nos íbamos a entrenar juntos. Así todo el año salvo los dos meses antes de las competiciones, pues cada uno se dedicaba entonces a su especialidad.
LD: Otro gran amigo tuyo es Martín Fiz pese a que durante mucho tiempo casi no os podíais ni ver, ¿no?
AA: Hemos tenido una gran rivalidad desde pequeñitos. ¡Como Soria y Vitoria están tan cerca! Hemos sido rivales desde que teníamos 13 años y la mayor rivalidad llegó en esos Mundiales de Atenas. Siempre nos habíamos llevado bien, pero desde entonces tuvimos una rivalidad hasta personal. Éramos los dos mejores maratonianos del mundo y la cuerda se tensó. Llegó luego el Mundial de Sevilla en el 99 y fue a partir de ahí cuando nuestra relación empezó a mejorar después de dos años muy tensos. A los dos nos vino bien esa rivalidad deportiva y ahora con el tiempo nos hemos hecho muy buenos amigos. Hemos coincidido en el tiempo en nuestros mejores momentos. Nos vemos cada quince días y lo recordamos. Ahora somos más amigos que nunca.
Premios extradeportivos
LD: Al margen de todos los títulos sobre el asfalto y el tartán, también estarás muy orgulloso de otros premios como el Príncipe de Asturias y la Zapatilla de Oro…
AA: Son premios muy importantes y cada uno tiene su valor. El Príncipe de Asturias es un galardón que todo español quiere ganar y yo lo gané en 1997 junto con el equipo español. Es un orgullo para todos nosotros. En el 99, después de una temporada buenísima en la que gané el Mundial de Sevilla, me concedieron la Zapatilla de Oro, que es a la maratón lo que el Balón de Oro al fútbol. Estoy orgulloso porque soy el único español que la tiene, es un premio muy difícil de conseguir. Tienes que hacerlo muy bien en las dos o tres maratones que corres al año para poder ganarla.
LD: Después de tu retirada has seguido manteniendo tus negocios, muchos de ellos con Fermín Cacho, y también te pasaste a la política. ¿Por qué la política?
AA: Te retiras después de 27 años de atleta, 22 de ellos en la alta competición, y entonces te preguntas: '¿Qué hago yo ahora?'. Siempre tenías tus objetivos y ves que de repente no tienes ninguno. Te vienen los políticos, quieren que vayas en sus listas y, después de tanto insistir, al final aceptas. Aceptas colaborar de otra manera con la sociedad, con el deporte. A través de la política puedes impulsar el deporte español y ésa ha sido desde entonces mi mayor meta, ayudar a nuestro deporte. Primero durante cuatro años como concejal de Deportes en Soria y luego durante otros cuatro como senador por el PP. Como dices, también mantengo la faceta profesional normal y ya llevo 25 años con las tiendas de deportes junto con Fermín. Manteniéndonos y disfrutando de los negocios.
LD: Otra dedicación tuya es la de ser embajador del deporte popular del Banco Santander, entre otras tantas. ¿Qué es lo que aporta el Santander a la sociedad y en este caso a los corredores?
AA: Afortunadamente, después de la retirada llegan nuevas oportunidades, llegan muchas cosas. A la gente le gusta correr, hacer deporte y estar en forma. La gente se apunta a correr y ahí entra Banco Santander, a través del eslogan 1, 2, 3, a correr, patrocinando cada carrera. Es una buena publicidad para un banco, el patrocinar estas carreras en las que participa mucha gente. El Santander apoya el deporte popular, pero lo más importante es que, todo lo que recauda en cada carrera va directo a la Cruz Roja. El banco buscar compartir las aficiones de las personas y hacer que éstas se diviertan gracias a su patrocinio. El Santander siempre la ha tenido y ahora mucho más.
Consejos para runners
LD: Por último, ¿qué consejos le darías a quienes se inician en el running y también a los profesionales?
AA: Hay dos cosas fundamentales y la primera es que se hagan un reconocimiento médico. Últimamente hay un problema serio en las carreras populares, y es que hay gente que no va bien preparada, que empieza a correr y no sabe cómo puede responder su cuerpo. Luego también es básico tener un entrenador, una persona que te asesore, que te diga qué es lo que tienes que hacer, cómo entrenar, cómo estirar y cómo evitar lesiones. Hay que enseñarle a la gente las pautas que deben llevar. Yo a muchos corredores les enseño cómo tienen que correr, estirar, la técnica, las abdominales, las lumbares… Todo eso les va a venir muy bien para el futuro.