A una semana del arranque de los Juegos Olímpicos de Río, las peores previsiones respecto a las aguas para las pruebas náuticas se están cumpliendo. Hace siete años, el gobierno de Brasil prometió una limpieza masiva en los 412 km² de la bahía de Guanabra donde competirán cerca de 1.400 deportistas el próximo mes de agosto. Pese a que los esfuerzos por cumplir dicha promesa se han multiplicado en las últimas semanas, los propios funcionarios reconocen que el agua está todavía llena de desechos.
Las alarmas entre los deportistas se han disparado. La OMS -Organización Mundial de la Salud- ha reconocido que la contaminación ha bajado pero que el nivel sigue estando por encima de lo permitido. Expertos en salud en Brasil han dado un consejo a los nadadores, practicantes de windsurf o vela: Mantener la boca cerrada. Ecologistas y científicos han realizado estudios en dichas aguas y han revelado que existen patógenos de Rotavirus, la causa más común de diarrea y vómitos.
Estos investigadores han encontrado contaminación hasta en las playas de mayor lujo como son Ipanema y Leblon. El doctor Daniel Becker en una conversación con New York Times, ha sido el altavoz que ha hecho que estos días se hable de este asunto en todo el mundo. "Los atletas van a nadar literalmente entre basura humana. Corren el riesgo de enfermarse a causa de estos microorganismos. Es triste y preocupante", ha dicho. Esta contaminación puede causar infecciones urinarias, pulmonares, gastrointestinales y reacciones negativas en la piel.
Ya hubo casos durante los preolímpicos que se han disputado este año en Río de Janeiro. Varios atletas vomitaron y se encontraron mal tras entrar en contacto con el agua. Durante una competición de surf, una cuarta parte de los participantes sufrieron nauseas y diarrea. Afrodite Zegers, miembro del equipo de vela de Holanda ha revelado las indicaciones que le han dado desde su federación. "Tenemos que mantener la boca cerrada cuando el agua salpique", ha afirmado. El gobierno y el Comité Olímpico Internacional reconocen que las aguas de la ciudad están sucias pero no así donde se van a realizar las competiciones.
Afirman que en la Bahía de Guanabara, donde el agua está peor, sólo se realizarán pruebas de vela o windsurf donde el contacto con el líquido es limitado. "Es repugnante", ha dicho Nigel Cochrane, entrenador del equipo español de Vela que ha reconocido su preocupación. En 2009, cuando el COI concedió a Brasil los JJOO, el gobierno se comprometió a gastar 4.000 millones de dolares para limpiar las aguas residuales. Al final, sólo se han gastado 2700 millones. La crisis, según aseguran medios locales, ha sido el culpable de esta diferencia entre lo prometido y lo realizado. “Pueden frenar sofás, cadáveres pero estos ríos son puro lodo por lo que las bacterias y los virus pasan a través de sus bolsas", ha dicho Stelberto Soares, ingeniero municipal. Los deportistas no sólo tendrán que estar atentos a los trozos de plástico o madera que se vayan encontrando. Eso les frenará en su carrera pero también tendrán que evitar que una herida se infecte o que traguen mucha agua.
Deportistas que ya están en Río de Janeiro reconocen que el agua está mucho mejor que hace un año pero sigue sin estar en un estado óptimo. Está más limpio gracias a unas barreras que han construido en los afluentes que desembocan en la bahía. Sólo se cuelan objetos pequeños o cuando algún ciudadano, indignado por el excesivo gasto económico, rompe alguna de estas barreras. Muebles, muñecos, comida o un cadáver humano -que se ha llegado a encontrar-, se puede controlar y por eso físicamente la bahía tiene un mejor aspecto. Sin embargo, los virus y bacterias no se pueden evitar con estas barreras.
Si hay preocupación entre los deportistas, qué decir entre los habitantes de Río. Se han gastado miles de millones en limpiar las aguas para los Juegos Olímpicos y no lo han conseguido. Cuando en el mes de septiembre hayan terminado, la situación empeorará.