El fichaje de André Gomes por el Barcelona pilló por sopresa al Real Madrid. Se esperaban el traspaso, conscientes del interés azulgrana en el jugador, pero no la celeridad con la que se llevó a cabo. El miércoles el Real Madrid estaba en la pole position para fichar al futbolista portugués y el jueves por la noche era oficialmente jugador del Barcelona.
¿Qué ha pasado entonces? Para entender este giro de 180 grados en los acontecimientos, hay que dejar claro que el Barcelona no le ha robado el fichaje al Real Madrid. Ha sido el conjunto blanco quien ha dejado de mostrar interés en el jugador y, ante esta situación, el Barcelona, que al igual que Juventus o Chelsea, estaba interesado en André, aceleró la operación y la cerró en tiempo récord. No ha sido porque el Barcelona tuviera u ofreciera más dinero. Ha sido simplemente una cuestión de que uno, el Real Madrid, ya no tenía interés, y otro, el Barcelona, sí lo tenía.
Como contamos en Libertad Digital, el Real Madrid estaba interesado en André Gomes pero, para abordar su fichaje, existía una condición. Antes de entrar, dejen salir. El conjunto blanco tiene overbooking en el centro del campo y debían airear la plantilla antes de fichar. Como también contamos en Libertad Digital, el Real Madrid no ha tenido noticias de James Rodríguez desde que terminara la temporada salvo por boca de su agente, Jorge Mendes. También contamos que el Real Madrid había recibido ofertas por Kroos, Morata y James Rodríguez. Esta última, "superior a los 80 millones de euros" pero que desconocían que querría hacer el colombiano. Si quedarse o irse.
Sin embargo, esta semana cambió el panorama de James, André Gomes, Real Madrid y Barcelona. Jorge Mendes comunicó al Real Madrid el deseo de James de continuar en el club. Situación inesperada para muchos empleados en el club que daban por hecho que el colombiano no iba a continuar. James no dejó clara su voluntad de seguir, no dijo lo contrario en todo el verano y habían recibido ofertas de Inglaterra importantes para el jugador y para el Real Madrid. La posible venta tendría que ser suplida por otro jugador, y ese era Paul Pogba o, en su defecto, André Gomes.
Al conocer la voluntad de James, el Real Madrid se echó para atrás en el fichaje del centrocampista del Valencia, el Barcelona ofreció 55 millones de euros -35 fijos más 20 variables- y el desenlace es el ya sabido por todos.