Francia es Payet. Parece difícil pensar que un equipo con jugadores como Pogba, Griezmann, Matuidi o Giroud es dependiente de un sólo futbolista, pero si nos guiamos por lo visto en los tres partidos jugados por los anfitriones no hay otra lectura. En el primer partido fue el autor del 2-1 con un golazo de volea. En el segundo fue titular de nuevo y volvió a aparecer para el 2-0 y en el último choque ante Suiza sólo el larguero evitó que a Payet le pusiesen una estatua al lado de la Torre Eiffel.
En Lille, Deschamps volvió a cambiar de once y dejó fuera al héroe nacional y a Giroud. Francia perdía a los dos hombres que junto a Griezmann habían visto portería en lo que va de torneo y los suizos estuvieron muy cerca de aprovecharse de la falta de gol de los franceses para arrebatarles la primera plaza. Un penalti claro no pitado salvó a Francia de una posible derrota en el último minuto.
Gran primer acto
Primera parte deseada por todos los aficionados al fútbol y sobre todo por los galos. Francia necesitaba ver a su selección jugando con velocidad, explotando la verticalidad de hombres como Griezmann y Coman y combinando ese ritmo con la potencia de Pogba. Tuvo que ser Suiza el equipo que con su valentía desatara la rabia del combinado anfitrión. Los suizos querían jugar al fútbol y su rival respondió con un sí al órdago de su oponente.
Los primeros 45 minutos no tuvieron un dueño claro, pero si es por oportunidades, Francia mereció irse al descanso con ventaja en el marcador. Dos largueros de Pogba y un paradón del portero suizo significaron las dos ocasiones más claras de un equipo que hizo mucho daño en las contras y a balón parado. Sommer ya ha cometido varios errores con salidas a destiempo y su inseguridad le hizo dejar de salir de puños en la mayoría de faltas y saques de esquina.
Francia lo intentó mientras Suiza también disponía de alguna ocasión clara, pero al descanso se llegó con dos roscos en el marcador.
Payet llegó tarde
En la segunda parte, el plan francés estaba cimentado en marcar gol rápido o tirar del único jugador que está sacando una sonrisa a la afición local. Fue salir Payet a calentar y el Stade Pierre-Mauroy despertó de su letargo en el inicio de la segunda mitad.
Con Suiza agobiando y encerrando a Francia en su propio campo, sólo Sissoko y su potencia lograban adelantar líneas. Griezmann tuvo una oportunidad para desnivelar el marcador tras una buena pared con Gignac, pero no era el día del jugador del Atlético de Madrid. A la hora de partido, Deschamps puso a Payet sobre el campo.
Suiza, que estaba realizando un partido titánico en labores defensivas y ofensivas, dio un paso atrás cuando vio salir a Dimitri Payet y fue en ese momento cuando Francia tuvo más cerca la victoria. Una volea preciosa del jugador del West Ham dejó temblando el larguero de la portería de Sommer y revitalizó a la parroquia francesa que ya sabía que con el ‘8’ en el campo era el momento para divertirse.
Pasaron los minutos y Suiza tomó la decisión de mantener el marcador minimizando riesgos. Sólo Payet siguió creando peligro para Francia, pero no fue suficiente. Pudo ser mucho peor para los galos ya que en la última jugada del encuentro Sagna decidió arriesgar de forma innecesaria con un agarrón sobre Dzemaili. Si Skomina llega a sancionar el penalti…
El grupo A se cierra con el liderato de Francia, la segunda plaza de Suiza, el tercer puesto de Albania y la eliminación de Rumanía. Mucho tiene que cambiar Francia para no ser la Brasil del Mundial de 2014, un equipo que ganó hasta que se enfrentó a un rival potente. Lo que pasó después ya es historia.