La moral de los jugadores del Real Madrid está por las nubes. Los nervios del 2014 han dado paso a una relativa seguridad gracias a la experiencia que muchos de ellos tienen tras la final de Lisboa. Otros, como Cristiano Ronaldo, van a disputar su cuarta Liga de Campeones. El portugués, es el vivo ejemplo de la notable diferencia entre las dos finales ante el Atlético de Madrid. Sus compañeros le consideran fundamental y les transmite seguridad comprobar que Cristiano afronta esta final en las mejores condiciones mentales y físicas. Nada que ver con la de hace dos años cuando estaba al límite. Ahora está más relajado, como casi todos sus compañeros.
Culpa de ello tiene Zidane, que ayer reunió a sus jugadores y cuerpo técnico al termino del entrenamiento. Un corrillo que pudieron observar todos los periodistas presentes. El francés fue fiel a su estilo, a lo que viene realizando en los últimos seis meses y no arengó a los suyos con un discurso largo y poético. Su mensaje es más sencillo. Zidane recordó las dificultades que habían pasado hasta llegar a Milán. "Llegar es difícil para cualquiera", dijo. Quizá, aludiendo a los distintos caminos de los finalistas y a la conclusión cada vez más generalizada de que el Atlético de Madrid se lo merece más tras haber eliminado a Bayer de Munich y Barcelona. Zidane les pidió que dieran todo esta noche y que no podían desperdiciar esta oportunidad. Este fue el mensaje a groso modo de Zidane, que puede entrar en un grupo selecto donde sólo habitan seis entrenadores que fueron capaces de ganar una Champions o Copa de Europa al llegar al banquillo a mitad de temporada.
El mejor estado físico de los jugadores, la confianza rebosante que tienen y el buen ambiente que hay en el vestuario, han provocado entre otras cosas, que haya surgido un nuevo cántico entre los jugadores. ¿Cuál es el nuevo grito y el que más se repite? "¡A las diez y media tienen que ser las once!". Simple pero con un mensaje motivacional contundente.
En el último entrenamiento en Milán, Zidane no ensayó absolutamente nada. No hizo ningún tipo de prueba porque todo lo que tenía que hacer, ya lo había hecho en Valdebebas en las dos últimas semanas a puerta cerrara. El cuerpo técnico del Real Madrid se ha centrado en varios puntos fundamentales de cara a esta final. Maximizar la condición física de cada jugador. Salvo por la lesión de Varane, todos los jugadores están mejor que hace dos semanas. Incluyendo a Cristiano Ronaldo. Ensayar las jugadas a balón parado. Zidane ha insistido mucho este aspecto ya que considera que esta clase de partidos y más ante el Atlético de Madrid, se definen muchas veces por jugadas de estrategia. En la final de 2014, los dos primeros goles llegaron de córner. En Valdebebas han insistido en cómo debían atacar y defender ante los rojiblancos. Ganar y no perder la final en este tipo de acciones. Y por último, han trabajado en función de la estrategia que creen que el Atlético de Madrid va a realizar. Mini partidos dentro de un partido. Simeone ya lo hizo ante el Barcelona y algo menos ante el Bayern de Múnich. El Atlético era capaz de presionar hasta el delantero contrario y al minuto, estar replegado en su área. Zidane y sus jugadores han ensayado estos escenarios.