Quedaron hace unos días en un restaurante de Leicester Square, en pleno Londres. La ocasión lo merecía. Nunca el Crystal Palace fue tan grande como a finales de lo 80 y principios de los 90 (tercer puesto incluido en 1991 en la Premier) y se cumplían 26 años de la famosa final de Copa inglesa que enfrentó al equipo londinense con el Manchester United. Fue una final mítica, decidida en un replay, la última que lo hizo de esta manera, con empate a dos en el tiempo reglamentario, con igualada a tres tras la prórroga. Terminada tres días más tarde con un gol de Lee Martin para el United.
En aquel local los miembros de la plantilla del Palace del 90 cenaron y, como manda la tradición, descontaron anécdotas a ritmo de cerveza. Estaba el mítico entrenador Steve Copell, finísimo centrocampista inglés que vio truncada su vida deportiva tras una entrada del húngaro Joseph Toth en 1981, en Budapest, en un partido de clasificación para el Mundial de España. Copell, cogió al equipo con 30 años y en 1990 rozó el título de Copa en aquella fantástica final. Ahora, retirado, volvió a verse con sus jugadores. Una plantilla en la que destacaba un hombre por encima de todos, Alan Pardew.
El destino ha querido que Pardew tenga su propia revancha de la final, un cuarto de siglo más tarde guiando desde la banda los destinos del Palace. Este sábado en un Wembley más remozado que aquel 19 de mayo de 1990, vivirá en sus propias carnes lo que Copell vivió ese día. Él espera que con más suerte que su maestro. El otro día, en la reunión citada con todos los miembros de esa plantilla, Pardew se lo dijo. "Steve, no podemos repetir lo de aquella tarde".
Ayuda a que la épica actúe en este partido que el nivel de los equipos no es tan diferente en este año. Otra temporada, el mero hecho de comparar Crystal Palace y Manchester United hubiera sido una locura. Nadie diría que habría igualdad, pero para este partido, siendo algo favorables las apuestas al equipo de Van Gaal, todo se ha igualado. Tanto, que hay quien se atreve a pronosticar que la temporada del United acabará en fracaso total, con la derrota en esta final.
Dijo Pardew el otro día que espera que su gran valuarte Dwight Gayle haga lo mismo que hizo Ian Wright en aquella final del 90. Dos goles y un auténtico partidazo, la razón por la que el Palace aguantó tanto tiempo. La razón por la que tanta gente se ilusionó aquella tarde y uno de los motivos por lo que ese partido está en la retina de muchos.
Un partido que espera le cambie la vida a Pardew, un currante del fútbol, como lo era su maestro Copell, al que de repente la vida le dio un vuelco inesperado. Coger a un equipo apenas dos años después de tu retirada prematura del fútbol. Un partido el de este sábado tradicional en Inglaterra, muy emotivo por todo lo que representa y que le dio un giro a la carrera de un hombre. Alex Fergusson. Hasta aquel 1990 ningún título que echarse a la boca y con los rumores de destitución en boca de todos. Las cosas del fútbol.