El alcalde de Manchester, Tony Lloyd, calificó de "intolerable" lo sucedido ayer domingo en el estadio de Old Trafford, evacuado por un posible paquete sospechoso que terminó siendo una bomba falsa para realizar entrenamientos, y confirmó que se ha abierto "una completa investigación" para saber qué pasó y quien debe asumir responsabilidades.
Los espectadores que acudieron a ver el partido entre el United y el Bornemouth, que cerraba la temporada liguera de los 'red devils' en la Premier, tuvieron que ser desalojados por la presencia de un artefacto sospechoso, que fue detonado de forma controlada ante la amenaza de que fuese una bomba y que finalmente se descubrió que era utilizado por una empresa privada en entrenamientos con perros entrenados para localizar explosivos.
Que se produjese esta situación es intolerable y se ha requerido una completa investigación de forma urgente para averiguar qué sucedió, por qué sucedió y quien tendrá que asumir responsabilidades", lamentó Lloyd en declaraciones recogidas por la prensa inglesa.
Para el dirigente, "este fiasco causó una enorme inconveniencia" a todos los aficionados que había acudido a ver el partido, "desperdició el tiempo de un gran número de agentes de policía y del equipo de artificieros", y puso "innecesariamente en peligro a la gente, evacuando decenas de miles de personas de un estadio sin que hubiese riesgo".
Mientras que esto de ninguna manera degrada a la profesionalidad de la policía y los auxiliares responsables de conseguir sacar a los aficionados, o a la calma y la cooperación de los aficionados durante la evacuación, es inaceptable que haya sucedido", añadió el alcalde de la ciudad.