Cada vez son más los guardametas que se suman a la escuela casillesca a la hora de blocar un balón: manos blandas, conocidas en Portugal como maos de manteiga, en un disparo lejano.
El último en subirse al carro casillesco ha sido Kostas Lamprou, portero del Willem II -equipo de la Eredivisie- que ante un lanzamiento lejano puso las manos blandas, hizo un intento de blocaje lamentable y el balón se coló en su portería. El tanto fue definitivo en la victoria del Feyenoord (0-1 ante el Willem II).