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Fe, ambición y Bale de un Madrid que quiere la Liga

El galés volvió a decidir un partido igualado. Asistencia de Lúcas y gol de cabeza al borde del final. Excelente partido del guardameta Rully.

Bale y Lúcas. | RealMadrid

No tenía espacio casi ni para respirar. Unos 16 brazos construían un muro a su alrededor. El banquillo no podía unirse a la melé pero no sería por ganas. Marcelo seguía dando saltos cuando por fin, Bale, se zafaba de sus compañeros y podía dedicarlo el gol a Lúcas Vázquez. "Es tuyo", parecía decirle. El Real Madrid, después de un asedio medieval, había logrado derribar el muro de un acertado Rully.

Sin Cristiano Ronaldo y Benzema desde el partido ante el Villareal, son Lúcas y Bale quienes han aceptado y respondido en la parcela ofensiva. No se les puede pedir mucho más. Quizá algo más de acierto porque el Real Madrid creo ocasiones de sobra para no tener que esperar hasta el minuto 80. Como en Vallecas, Bale fue decisivo y gracias a sus goles, el Real Madrid sigue peleando por la Liga. Sin sus compañeros de la BBC, él entiende que debe asumir más espacios en ataque. Siente que es la referencia y parece que le sienta bien. Realizó otro partidazo que culminó con su firma. ¿Un zurdazo? No. Su gran especialidad. El remate de cabeza. Lleva 19 goles en Liga. Dos han sido con la derecha, ocho con la izquierda y nueve con la cabeza. El poderío aéreo que desprende es enorme. En Vallecas firmó el 2 a 1 así. En Manchester la ocasión de Pepe viene precedida de una peinada de Bale. En San Sebastían ya en la primera parte tuvo hasta tres ocasiones de cabeza. Ocasiones que él tiene que buscarse gracias a su potente salto. Estadísticamente es el mejor cabeceador de las grandes ligas de Europa. Hay espacio en el barco de Gareth Bale. Tiene demasiados críticos.

"Es tuyo", le decía Bale a Lúcas

Zidane apostó por un once con cinco cambios respecto al último partido. Danilo, Varane, Nacho en el lateral izquierdo, James y Borja Mayoral. Isco estaba en el banquillo, Kroos, Ronaldo y Benzema en Madrid. El Madrid tiene una plantilla profunda y después de mucho tiempo, da la sensación de que se está explotando todos los recursos y como los recursos se sienten útiles, desde el primer minuto salen enchufados. Al cuarto de hora, como pasó en Wolfsburgo o Vallecas pese al resultado inicial, el Real Madrid ya acumulaba tres ocasiones claras. Los blancos se sentían cómodos sobre el césped, con ataques compenetrados y la Real Sociedad sufría. Eusebio, entrenador estilo La Masía, quiere que su equipo domine con posesión y el Madrid le cortaba cualquier vía de pase con una acertada presión. Estaban enchufados. James, Sergio Ramos y Bale en dos ocasiones, empezaban a perdonar y Rully, daba las primeras señales. Estaba inspirado, como ya lo estuvo ante el Barcelona.

Salvo en alguna jugada puntual en la que Bruma se zafaba de Danilo o algún momento de inspiración de Zurutuza, la Real Sociedad no estaba ni cerca de crear peligro. El Madrid con un James activo, de más a menos, con la movilidad de Bale y Lúcas, estaban volviendo locos al equipo vasco. Hasta Nacho, central diestro, parecía que era lateral izquierdo de toda la vida. El canterano, muy inteligente en todos sus movimientos y subidas, tuvo la mejor ocasión de la primera parte pero sí el resto se nublaba ante Rully, él no iba a ser menos.

El partido se iba al descanso con un gran Real Madrid que había generado un gran número de ocasiones y que sólo perdió el control del encuentro en los últimos minutos, coincidiendo con la orden de Zidane de cambiar a Bale y Lúcas de banda. Era irremediable acordarse de Cristiano Ronaldo, el goleador que no suele perdonar en esas ocasiones claras. Y más se acordarían algunos del portugués cuando en la segunda parte la tónica continuaba. Más y más ocasiones fallidas y ninguna en las botas de Borja Mayoral. Sólo es un partido pero da la impresión de que el canterano todavía está algo verde para primera división.

Jesé aportó más que Mayoral

Jesé entró por el delantero del Castilla e Isco por James. Se notó positivamente la entrada del canario. Con los rivales cansados, su velocidad es más determinante. Pero es que todo daba igual. Hicieran lo que hicieran, siempre se encontraban con Rully. Un pie a Bale espectacular cuando el galés sólo tenía que fusilar desde el punto de penalti. Una mano a centro de Danilo en un pase de la muerte, otra mano a disparo de Jesé. Y así, el partido entraba en el último cuarto de hora. Fue cuando aparecieron Lúcas y Bale para poner al Madrid, otra vez, líder de manera provisional.

Y fue curioso porque a raíz del ansiado y merecido gol, el Madrid manejó peor el partido. Perdieron el control en los últimos minutos. Modric tuvo que echarle la bronca a Isco por conducir demasiado la pelota, la Real Sociedad tuvo tres córners y tres faltas laterales, una en el último minuto donde Rully subió a rematar pese a que la Real no se juega nada en la clasificación. Illarramendi lanzó fatal la falta y el partido terminó. Quedan dos encuentros de Liga y aunque no está en su manos ganar la Liga, a este Madrid poco se le podrá achacar desde que llegó Zidane. Se han reenganchado a una Liga que ya no contaba con ellos y por el camino han ido generando una ilusiona objetiva en su afición. Entre esos motivos está el haber recobrado la competitividad, algo que será fundamental el próximo miércoles ante el Manchester City. Viendo como está Bale, quizá que no fuerce Ronaldo.

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