La rabieta que sufrió Gonzalo Higuaín en el partido ante el Unidese le va a costar muy cara al jugador del Nápoles. Tras sacarle el colegiado la segunda amarilla, que enviaba al pipita directo al túnel de vestuarios, el jugador perdió los papeles, se enfrentó al árbitro y tuvo que ser sujetado por sus compañeros y por sus rivales.
Según el acta, el delantero argentino formuló "expresiones insolentes e injuriosas" al ver la segunda tarjeta y "apoyó las manos en el pecho del árbitro ejercitando una leve presión". Esa leve aclaración ha sido la que ha salvado a Higuaín de quedarse diez partidos fuera. Finalmente serán cuatro los encuentros de sanción.
Con esta sanción, además de haber dejado a su equipo sin su goleador para las próximas cuatro citas, Gonzalo podría perder la Bota de Oro, competición que encabeza hasta el momento con 32 goles en 38 encuentros, y se aleja de alcanzar el título de máximo goleador histórico de la Serie A.