Saúl Ñíguez ha pasado de ser una alternativa en el once de Simeone a ser indispensable. Es vital en ataque y en defensa, ocupa prácticamente todas las zonas del campo y el Atlético de Madrid se frota las manos con su nuevo canterano.
Tras un año de cesión en el Rayo donde demostró que tenía nivel para jugar en el Calderón, Saúl empezó la temporada con un puesto de secundario. En los cinco primeros partidos del curso no jugó ni un sólo minuto en tres de ellos y aunque fue titular en el debut en la Champions ante el Galatasaray, el '17' fue suplente en choques tan importantes como el derbi ante el Real Madrid o el choque casero ante el Valencia.
Fue a partir de la jornada 13 cuando Saúl se hizo con el puesto de titular para no soltarlo. Partió de salida en nueve choques consecutivos, acabando ocho de ellos y marcando tres goles. Sólo fue suplente ante el Rayo en Copa del Rey y fue el autor del gol del empate al salir al terreno de juego. Tras ese partido, 13 de 13 en choques jugados como titular, tres goles más y sólo cuatro sustituciones.
En total en lo que va de temporada, Ñíguez ha jugado 34 partidos con 23 victorias (68%), seis empates y cinco derrotas. Ocho goles y 2441 minutos para un jugador que siempre está situado en los primeros puestos de los futbolistas que más kilómetros recorren durante los partidos de los rojiblancos.
Simeone y el Atlético están encantados con Saúl y en el pasado ofertas de equipos como el Valencia fueron rechazadas por el club y por el propio Saúl. "Si me ofrecieran un contrato vitalicio estaría encantado de jugar aquí hasta que me aguantaran las piernas", declaró el canterano atlético hace unas semanas.
Con los números que está firmando Saúl y con la capacidad que tiene física y tácticamente para ocupar varios puestos del ataque e incluso en la defensa, donde jugó de central ante el Eibar, Del Bosque podría pensar en él para la Eurocopa de Francia. España necesitará de centrocampistas en forma y con hambre de títulos, algo que Saúl tiene en su ADN.