Tras el empate ante el Betis, Zidane pidió a sus jugadores que salieran enchufados desde el primer minuto ante el Espanyol. Al cuarto de hora el marcador reflejaba un contundente 3 a 0. Pero a diferencia de Benítez, Zizou no sólo puede sacar pecho por los números con 16 goles a favor en tres partidos en el Bernabéu. El mérito de su más que corta etapa en el banquillo está en la grada, en los aplausos y sonrisas que despliega la afición tras otros 90 minutos de gran fútbol.
El madridista va con otro aire al estadio. Va ilusionado porque sabe que es probable que pase un buen rato y no se marcha hasta el pitido final, pese a estar el partido resuelto, porque son conscientes de que podrían arrepentirse al perderse alguna jugada o gol que todos al día siguiente comentarán.
El Deportivo de la Coruña empató en el Camp Nou, el Sporting ganó en Mestalla y el Barcelona no ganó al Espanyol en liga. No son rivales de máxima dificultad pero pueden complicarle a cualquiera y el Madrid les ha pasado por encima con contundencia, en pocos minutos y con un gran juego. Falta verles jugar ante un grande, pero está claro que esta es la filosofía que encaja más con la plantilla y la grada. El Madrid juega o intenta jugar como lo hacía Zidane. Con la decisión de ir hacia arriba, con intensidad, desmarques, colocación, con mucha posesión e intensidad.
Con la pelota, sin dejar de mirar al horizonte donde está la portería contraria, de una banda a otra y sin regalar una pelota. Así es el fútbol ofensivo del Real Madrid, un equipo con mucha paciencia a la hora de elaborar jugadas. No tardó ni un minuto el Madrid en cumplir esta premisa cuando Marcelo mandó por encima de la portería una jugada colectiva que inició Carvajal y terminó en la otra banda. Como en el rugby, cuando van subiendo poco a poco los jugadores hasta que encuentran el hueco final en el último pase en una banda. Es necesario explicar esta jugada porque es lo que busca el Madrid constantemente.
Tres goles en un cuarto de hora
Después de tres ocasiones falladas, el Madrid inauguró el marcador a los seis minutos. James, activo, voluntarioso e incisivo por la derecha, hizo un centro perfecto que remató Benzema, No se puede centrar mejor. Quizá desde Beckham no se veía una precisión igual en el Bernabéu. Y todo llegó gracias a un desmarque en ruptura de Modric que vio Carvajal. Un movimiento sin balón tan necesario en el fútbol. A los tres minutos, llegó el dos a cero. Lo marcó Ronaldo de penalti tras una excelente jugada de equipo. Tuvo la participación de absolutamente todos los jugadores. Pases al primer toque, tacones, desmarques… la afición ya aplaudía cuando todavía la pelota ni había llegado a las inmediaciones del área.
El tercero tuvo la firma de James que jugó su primer partido completo desde la llegada de Zidane. Da síntomas de mejoría. Veremos si tiene continuidad.
Al cuarto de hora de partido Carvajal, que está de dulce, se regatea a dos rivales, se le va el control al intentar irse del tercero, pero el rechace lo envió al fondo de la red el colombiano tras rebotar la pelota en la espalda de un defensor del Espanyol. 15 minutos. 3 a 0 y una manita de ocasiones al limbo.
¿Cómo ha podido jugar este equipo tan mal con Benítez? Es la pregunta que muchos aficionados se harán. Cómo han pasado del bostezo y el pelotazo al aplauso y las delicatesen. Otros recordarán, y con parte de razón, que este Espanyol no tiene nada que ver con el de cada fin de semana. Sin Caicedo, Asensio, Gerard Moreno o Víctor Álvarez, Galca tuvo que tirar de jugadores casi desconocidos como el delantero Mamadou.
Hat-trick de Cristiano
El 4 a 0 llegó al borde del descanso con un golazo de Ronaldo que recordó en ese instante a un Cristiano del pasado. Ese que tenía velocidad, fuerza y, sí, regate. Recibió en el centro del campo para correr y correr hasta llegar a la frontal del área donde se deshizo de dos defensores para terminar la jugada con un zurdazo imparable.
Respecto a los otros dos encuentros en el Bernabéu, sí que hubo una diferencia. Aunque el ritmo de la segunda parte fue inferior al de la primera, no bajaron los brazos, marcaron dos goles más y, eso sí, también pudieron recibir alguno más. Ahí estuvo bien Keylor Navas con un par de salidas acertadas para achicar espacios al delantero.
Zidane acertó en los cambios. No por la trascendencia que pudiera tener en el resultado, sino por elegir correctamente tanto al jugador que necesitaba entrar como el que tenía que salir. Modric y Kroos –con un 98% de acierto en el pase-, se marcharon porque el partido estaba resuelto. El único delantero, Benzema, también. Y tuvieron esos minutos que necesitan Casemiro, Lucas y Jesé.
El canario los aprovechó. Cada vez que recibía la pelota lo intentaba. Como casi siempre, pero en esta ocasión dos centros suyos terminaron en gol. El 5 a 0 de Ronaldo que firmó un hat-trick y el 6 a 0 con un tanto en propia de Duarte.
Si es cierto que la pretemporada no fue buena, que el equipo no está trabajado y que, según Zidane, en dos semanas el equipo estará perfecto físicamente, este equipo puede aspirar a ganar la Champions y veremos si la Liga. Eso ya no depende de ellos.