Luis Suárez consiguió irse de rositas en el partido de Copa del Rey que Barcelona y Athletic de Bilbao disputaron este miércoles por la noche en el Camp Nou (3-1).
A los 73 minutos, el uruguayo, que veinte minutos antes había marcado el tanto del empate a un gol, debió ver la segunda amarilla por unas manos en el centro del campo. Sin embargo, el colegiado Hernández Hernández interpretó involuntariedad en la acción o simplemente no se atrevió a mostrarle la segunda cartulina.
Sólo unos instantes antes, en el minuto 70, el uruguayo había visto la primera amonestación en una acción bastante tonta. Fue a buscar un balón que estaba fuera del campo y lo introdujo en el mismo cuando el meta Herrerín ya tenía otro en su poder.