Entre la sanción de la FIFA y el frío ambiente que siempre otorga por estas fechas la ribera del Manzanares, el Atlético de Madrid-Rayo no ofrecía un cartel demasiado atractivo para ninguna de las aficiones. El Calderón no presentó una mala imagen y algún que otro rayista se pasó por el estadio, pero lo que ocurriese en el terreno de juego iba a dictar sentencia. Si el partido era malo, sólo el clasificado pensaría que el choque había valido la pena y ese fue el Atlético de Madrid.
La primera parte fue mala, sin apenas ocasiones y con poco fútbol ofensivo. En Vallecas, el campo es más pequeño y cualquier despeje puede suponer un susto. En el Calderón, los errores tienen más margen de arreglo y, si el partido no se rompe, ni siquiera el miedo a un error mantiene la intensidad de la grada.
La afición miraba con lupa a Jackson Martínez, ya van unas cuantas veces, y también quería ver a Kranevitter, que suponía una razón más para pasarse por el estadio. El argentino estuvo correcto, nada más, y el colombiano sigue sin ver portería con el cuchicheo constante de una hinchada que quiere goles de su delantero. Lógica petición porque sólo lleva tres oficiales y porque en ocasiones se le aprecia sobrado de demasiada sangre fría para el estilo Cholo.
Con el partido helado en todos los sentidos, sólo dos hombres quisieron calentar el ambiente: Carrasco y Ángel Correa. Las arrancadas del primero por ambas bandas despertaban a fogonazos a la afición y el segundo se encargaría de romper el sopor con un golazo antes del descanso. Pase de Yannick y derechazo inapelable de Correa al fondo de la red. El larguero hizo incluso más bonito el gol antes de que el balón entrase.
En el Rayo, un tiro entre los tres palos y nada más. El equipo de Paco Jémez firmó un primer acto sin apenas peligro y durante todo el partido se encontró con una pareja de centrales sólida en todos los sentidos. Savic y Godín ofrecieron la versión de una pareja que parece haber jugado toda la vida junta y los visitantes no lograron superarles en ningún momento.
El Cholo, sin riesgos
Con el 1-1 de la ida y el 1-0 de la vuelta muchos pensaron que la presencia de hombres como Griezmann o Gabi en el banquillo iba a ser testimonial, pero no fue así. Simeone no estaba conforme, veía a su equipo con poca capacidad y velocidad arriba y puso sobre el campo a su verdadero goleador y a su capitán, en su caso para contener. Griezmann entró por Correa y poco tiempo después Gabi por Kranevitter, que aún tiene que adaptarse al ritmo del fútbol español.
Simeone tiene ángel con los cambios esta temporada y mientras Jackson seguía con su quiero y no puedo de cara a gol, Griezmann ofreció la versión contraria. Al francés sí se le caen los goles de los bolsillos y con una chilena más efectiva que virtuosa, el 7 anotó el 2-0 tras un córner y en el área pequeña. Justo después, cambio de Jackson con pitos entre aplausos y con Simeone buscando la paciencia del público. La encontró en más de la mitad de la grada aunque el 2-0 ayudaba a contener la decepción de muchos.
El resto del partido sirvió para ver a un Rayo impotente, incluyendo la lesión de Llorente, a un Thomas disfrutando de los minutos que le da el Cholo y al dueño de los goles en el Atlético. Griezmann cerraría la cuenta en el tiempo de descuento resolviendo un mano a mano ante la salida de Yoel. Thomas y el galo fueron de los mejores en un partido sin sustos y sin más sobresaltos que lamentar en el día de la famosa sanción de la FIFA.
Sin alardes, el Atlético pasa a cuartos de final, sigue líder en la Liga y en Champions le espera el PSV Eindhoven. No está nada mal para un equipo que tiene un 7, pero todavía espera un 9.
Ficha técnica
Atlético de Madrid, 3: Moyá; Gámez, Savic, Godín, Filipe; Thomas, Kranevitter (Gabi, m.72), Koke; Carrasco, Jackson Martínez (Óliver, m.81) y Correa (Griezmann, m.68)
Rayo Vallecano, 0: Yoel Rodríguez; Quini, Llorente (Dorado, m.53), Zé Castro, Nacho; Embarba, Trasshorras, Baena, Lass (Bebé, m.65); Montiel (Manucho, m.58); y Javi Guerra
Goles: 1-0, m.39: Correa; 2-0, m.79: Griezmann; 3-0, m.90: Griezmann
Árbitro: González González (Comité castellano-leonés). Mostró tarjeta amarilla al local Filipe Luis (m.60) y al visitante Zé Castro (m.35)
Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 28.000 espectadores