La gran decepción de Cristiano Ronaldo

Ha sido un año complicado para Cristiano Ronaldo. Cuando el Real Madrid gana un partido y él no consigue marcar, se marcha enfadado a casa. Pues imagínense un año en el que su club no ha logrado ningún título importante, sufre goleadas ante Barcelona y Atlético de Madrid, se ha marchado el entrenador que deseaba y pierde el Balón de Oro ante su "enemigo", Leo Messi.

Cristiano Ronaldo partía esta mañana desde Madrid rumbo Zurich consciente de que ganar el premio por tercer año consecutivo, era algo realmente complicado. Pese a que ha terminado el año como pichichi en Europa, todos los títulos colectivos han ido a parar a las vitrinas del F.C Barcelona. Ni los dos meses lesionado de Leo Messi, le impedían pensar que tendría opciones reales de batir al argentino que ya suma cinco Balones de Oro. Su rivalidad es sana, se tienen mucho respeto pero Cristiano está obsesionado con pasar a la hostoria siendo el mejor jugador del mundo y de nuevo está a dos trofeos de Messi. En muchas entrevistas que ha concedido, y este año, también en la película de Cristiano Ronaldo, se ha podido comprobar que para él es fundamental ganar el Balón de Oro.

En la gala, cuatro jugadores del Real Madrid -Ronaldo, Marcelo, Sergio Ramos y Modric- y ningún miembro del club que estuviera arropando a sus futbolistas. Hecho que ya no sorprende por ser reiterativo. Apoyo institucional; es algo que siempre ha demandado Cristiano y que espera que cambie. En el club asumen los mimos que requiere un jugador sensible a cualquier detalle pero tampoco hubo nadie del Real Madrid en la presentación de la película de Ronaldo. "Es un evento personal", aludían desde el club. Una excusa cuestionable.

La realidad es que las relaciones entre el club y Cristiano pasan por un momento extraño. Tras la premier de Londres, el Real Madrid grabó un mensaje para la afición de cara al partido ante el Barcelona y el portugués se negó a colaborar. El 2016 ha comenzado con la llegada de Zidane, un cambio que Ronaldo valora posítivamente. Con el francés espera cambiar el rumbo y empezar a ganarse su cuarto Balón de Oro.