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La tragedia que estuvo a punto de cambiar el curso del fútbol moderno

Un accidente de avión que terminó con la generación de oro del fútbol surinamés pero que evitaron Gullit y Rijkaard, estrellas del Milán de Sacchi.

Gullit (i) y Rijkaard (d), junto al también holandés Van Basten (c), en el Milán de Sacchi. | EFE

El 7 de junio de 1989 el vuelo 764 de Surinam Airways se estrelló durante el aterrizaje, y chocó contra los árboles. En el accidente fallecieron 15 futbolistas holandeses originales de Surinám. Entre ellos, debían estar Gullit y Rijkaard…pero el Milán no les dejó volar.

El conjunto italiano acababa de ganar la Copa de Europa, y sólo un año después ganaría otra. Las innovaciones tácticas de Sacchi no hubieran sido posibles sin varios de sus jugadores más importantes. Y entre ellos, estaban sin duda los dos holandeses de origen surinamés. Qué hubiera sido del Milán de haber cogido Rijkaard y Gullit aquél avión es difícil de afirmar…

La hornada de oro de Surinám

Surinám es el país más pequeño y menos poblado de toda América del Sur. Sin embargo, ha sido una fábrica de grandes futbolistas. Ya sean nacidos en el país, como es el caso de Seedorf, Hasselbaink, Winter o Davids; o nacidos en Holanda pero de progenitores procedentes de Surinám, como lo son Rijkaard, Gullit o Kluivert. Todos ellos podrían haber jugado con la selección de Surinám, pero lo hicieron con la de Holanda.

No obstante, y para dar el honor al fútbol del pequeño país que merecía, en 1989 se organizó una gira de partidos amistosos en los que jugarían todos los futbolistas holandeses de origen en Surinám que estaban jugando en Europa.

La idea del Kleurlijk 11 -‘El once de color’, en neerlandés- se le ocurrió a Sonny Hasnoe, asistente social en el Ayuntamiento de Amsterdam. Quería que todos aquellos que tenían sus orígenes en Surinám defendieran, aunque fuera por un día, la camiseta del país.

Pero además estaban previstas distintas charlas y conferencias por todo el país de estas estrellas emigradas. Hasnoe veía en esa posibilidad, en el fútbol, uno de los medios más eficaces para liberar a los jóvenes de Paramaribo del mundo de racismo, droga y violencia en el que vivían. Y a su vez, de darles un más que merecido homenaje a un país tan pequeño pero tan prolífico en talento futbolístico.

Todos, tanto en Holanda como en Surinám, estaban de acuerdo. Así que el 6 de junio de 1989, a las 23:25, despegaba del Aeropuerto de Amsterdam el vuelo 764 de Surinam Airways. A bordo se encontraban jugadores de la talla de Steve Van Dorpel, emergente estrella del fútbol holandés, y que ya estaba en la órbita de grandes equipos europeos; Ruud Degenaar, de 25 años y referencia en el Heracles Almelo; Lloyd Doesburg, entonces en el Ajax; o Andro Knel, quien con solo 21 años era la estrella del Sparta de Rotterdam, y sumaba ya más de 60 partidos en la Eredivisie.

También debían estar entre ellos Frank Rijkaard, Ruud Gullit y Aron Winter. Su intención era acudir a la cita, ilusionados por ayudar a su tierra natal. Pero sus clubes (el Milán en el caso de los dos primeros, y el Ajax en el caso del tercero), no les dejaron partir. Afirmaban que era un viaje demasiado largo que podía afectar a los intereses del club que les pagaba. Disgustados, aceptaron. También debía estar el reconocido portero Stanley Menzo, pero a última hora decidió coger un vuelo anterior para llegar antes a casa.

Un desencuentro fatal

Con todo, el vuelo despegó, hizo su trayecto con normalidad, y cuando avistaron el Aeropuerto Internacional de Zanderij-Paramaribo, comenzó el descenso. "Viento calmado, visibilidad de 900 metros con niebla, temperatura de 22ºC" fue el mensaje que desde el aeropuerto se envió a la tripulación.

El anuncio sorprendió a todos, pues esperaban los seis kilómetros de visibilidad que se habían comunicado previamente. El comandante autorizó entonces el uso del Sistema Instrumental de Aterrizaje, confiando en que la niebla presente fuese sólo un banco temporal, y que una vez en fase de aterrizaje la visibilidad fuera suficiente para maniobrar.

En ese momento la torre de control autorizó el aterrizaje en la pista 10. Durante la fase de aproximación a pista, el segundo comunicó que había visto la pista hora 12, después de ver un poco de niebla pero reconocer la pista detrás de ella. Atravesando una nube, el comandante solicitó repetidamente que les encendieran las luces de aterrizaje de la pista. Los sistemas no estaban sintonizados.

El avión siguió bajando, hasta que recibió la orden del ingeniero a bordo "¡hacia arriba!". Pero justo entonces el motor número 2 golpeó contra la cima de un árbol. El ala derecha golpeó contra otro árbol. El avión perdió el control, estrellándose, y se prendió fuego. Las últimas palabras que registraron la caja negra fueron del ingeniero a bordo: "That’s it. I’m dead".

De los 187 pasajeros tan solo sobrevivieron once, entre los cuales se encontraban tres futbolistas: Sigi Lens, Radjin de Haan, y Edu Nandlal. En cuestión de minutos se había perdido la generación de oro del fútbol surinamés. Desde entonces, muchos son los estadios, tribunas y trofeos que se han nombrado en su honor.

Mientras tanto, en su casa, Gullit, Rijkaard y Winter no daban crédito a lo sucedido, y agradecían a Dios que sus clubes no les hubieran dejado marchar. Un año después, Gullit y Rijkaard se proclamaban campeones de Europa con el Milan, y consolidaban el proyecto de Sacchi, que significó un cambio en el estilo de fútbol mundial. Qué hubiera sucedido si los tres futbolistas hubieran cogido el vuelo 764 de Surinam Airways nunca se sabrá, por fortuna. Pero parece evidente que nada hubiera sido lo mismo.

Lista de los futbolistas fallecidos en el accidente:

Ruud Degenaar, 25 años, Heracles Almelo
Lloyd Doesburg, 29 años, AFC Ajax
Steve van Dorpel ,23 años, FC Volendam
Wendel Fräser, 22 años, RBC Roosendaal
Frits Goodings, 25 años, FC Wageningen
Jerry Haatrecht, 25 años, Neerlandia, viajaba en el lugar de su hermano Winston Haatrecht, que se encontraba concentado con su equipo, el Heerenven
Virgall Joemankhan, 20 años, Círculo de Brujas
Andro Knel, 21 años, NAC Breda
Ruben Kogeldans, 22 años, Willem II
Ortwin Linger, 21 años, HFC Haarlem, fallecido tres días más tarde por las heridas sufridas.
Fred Patrick, 23 años, PEC Zwolle
Andy Scharmin, 21 años, FC Twente
Elfried Veldman, 23 años, De Graafschap
Florian Vijent, 27 años, Telstar
Nick Stienstra, 33 años, RC Heemstede (entrenador)

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