Alberto Contador vuelve a reiniciarse con vistas a la que puede ser su última temporada. Para ello, el madrileño vuelve a plantearse un único y principal objetivo. Lo demás, todo añadido. Así, Contador, se fija el Tour de Francia como el gran momento del 2016. Sólo vale vestir el amarillo.
Puede ser su última temporada. Tras haber fracasado en su intento de doblar Giro-Tour en este 2015, dejando el objetivo en la mitad, con su victoria en la corsa italiana, en las carreteras francesas fue ampliamente superado. Y no quiere que eso vuelva a pasar. Su equipo seguirá siendo prácticamente el mismo, sin Basso, retirado tras el cáncer testicular que le fue detectado (y solucionado), más Trofimov y Gatto, que poco le van a aportar al madrileño en la Grande Boucle. De esta forma, Rogers, Kreuziger, Tosatto y Bennati volverán a formar su vieja guardia. Y habrá que ver si el polaco Majka (tercero en la última vuelta) le acompaña en el Tour o va a disputar las otras grandes.
Pero con ellos o sin ellos, el objetivo vuelve a ser apostarlo todo al amarillo. Pero no el único. De rebote, Contador (y casi todos los grandes del pelotón) se plantean los Juegos Olímpicos como segundo gran reto, con un recorrido netamente "preparado" para los escaladores.
Para llegar a principios de agosto, cuando se disputa la prueba en ruta de los Juegos de Río en forma, Contador tiene un meticuloso plan que pasa por volver a sus orígenes. Esto es, volver a empezar la temporada en la Vuelta al Algarve, como en el 2009, 2010, 2011 y 2014. El primer año ganó; al siguiente, tras acabar en lo más alto de París, fue descalificado por dopaje. En el 2011 optó por hacer Giro y en el Tour acabó exhausto. Y en el 2014, cuando dice que mejor se encontraba, peleando con Nibali, se fue al suelo y tuvo que abandonar.
Ahora va a buscar recuperar su cetro con un calendario made in Contador: Algarve, París-Niza, Volta a Catalunya, Vuelta al País Vasco y Dauphiné. Es decir carreras de 5-7 días en febrero, dos en marzo, otra en abril, descanso en mayo y la última en junio.
El objetivo es hacer simulaciones de lo que será correr el Tour, con días de montaña, finales en alto, días peligrosos y cronos. Y evita ir a Las Ardenas. No busca pruebas de un día, sino simulación en carrera.
Regresa a sus orígenes para atacar su mayor objetivo. Él se señala siempre como ganador de tres Tours, aunque lo cierto es que en el palmarés de la ronda gala sólo figura como campeón en dos de ellos. Ahora acudirá al Tour donde Valverde y Nibali, tercero y cuarto, no estarán, mientras que otros como Aru será el hombre a vigilar en montaña junto a Quintana y Froome.
Sólo un triunfo nos dejaría sin seguir viendo al madrileño en carretera. Hace tres semanas que cumplió los 33 años (el 6 de diciembre) y se retiraría, según ha avanzado en numerosas ocasiones, si la temporada sale tal y como él quiere, con el Tour y, por qué no, los Juegos en su bolsillo.
Ya hay quien reza para que, incluso, con algo de malicia, sufra una pequeña caída que le impida luchar por el maillot amarillo. Ésa sería una de las razones para que Contador se replanteara su futuro y llegara al 2017. La otra pasa por sacar adelante su propia fundación. Algo nada descabellado. Sí por presupuesto, ya que hacerlo World Tour sería casi inviable. Pero puede llevarlo a las carreras más importantes, ya que su nombre iría ligado y podría heredar parte de la estructura de su actual equipo, puesto que Oleg Tinkov ha confirmado que ésta será su última temporada. Así que en el 2017 podría ser cosa de Contador que, junto a De Johng, su entrenador y ahora director deportivo de la escuadra, cojan las riendas de esta estructura y decidan crear un equipo. Pero eso parece secundario. Lo primero es volver a ser el que fue. Algo nada sencillo.