El caso del nigeriano Ramón Azeez (12 de diciembre de 1992, Abuja) podría pasar por ser como el de tantos otros talentos africanos que llegan al fútbol español buscando labrarse un futuro profesional en el balompié. Sin embargo, los últimos años de la vida del nigeriano han estado marcados por una incesante montaña rusa en lo que a sensaciones se refiere y, lo que es más llamativo, en lo que a la categoría en la que milita hace alusión. Sacar la cabeza del pozo para tocar el cielo, y volver a caer, si no en el olvido, sí en el anonimato, es algo más que un hecho en el que caso de Azeez, que tras alcanzar el nirvana en 2014 siendo importante en la Liga BBVA e incluso disputando el Mundial, ahora anda olvidado en el filial del Almería, en pleno conflicto con el club andaluz, hundido en la Liga Adelante. Una situación incomprensible pero que no es nueva para los aficionados rojiblancos.
En julio de 2011 se incorporaría a la Unión Deportiva Almería, con la que había alcanzado un acuerdo después de destacar con su país en el Mundial sub 17 de 2009, celebrado precisamente en Nigeria y en el que las `Super Águilas Verdes´ alcanzaron una final en la que cayeron ante Suiza (0-1). Para ello, por cierto, hubieron de derrotar a España en semifinales, dirigida por Ginés Meléndez y que contaba sobre el césped con valores como Koke, Morata, Muniain, Sarabia, o Sergi Roberto. En aquel torneo, con el 20 a la espalda, el mediocentro del equipo anfitrión, delantero en sus orígenes, incluso anotó un tanto en la victoria ante Corea del Sur en los ¼ de final por 1 a 3, idéntico resultado que en la semifinal ante España. Tras caer ante el combinado helvético en la final (con un gol del ex realista Haris Seferovic), Ramón Azeez recibió la propuesta en firme almeriense, que terminaría con el futbolista abandonando la Future Pro Academy de su país y enrolándose en la entidad rojiblanca algo más de un año más tarde, una vez cumplida su mayoría de edad, momento en el que pudo dejar atrás diversos problemas burocráticos que le impidieron iniciar antes su aventura europea.
Profundo admirador del juego de Xavi Hernández, así como de su compatriota John Obi Mikel, el mediocentro africano inició su andadura española en el filial andaluz, con el que sería pieza clave en la permanencia en el grupo IV de 2ªB en la campaña 2011/12. Posteriormente, en la que probablemente sea la mejor temporada en la historia del club, la 2012/13, el primer equipo regresó a la Liga BBVA de la mano de Javi Gracia, y el filial, con Azeez como pieza trascendental, estuvo a un paso de jugador los playoffs de ascenso a la Liga Adelante. Una 2ª división en la que el africano debutaría esa temporada en un partido contra el Barcelona B, aunque apenas contaría más para el técnico navarro del primer equipo. Su actuación en aquel encuentro en el Mini Estadi, en el que tras sustituir a Casquero en el minuto 55, Gracia le devolvió al banquillo en el 67 después de ver una tarjeta amarilla por una dura entrada y realizar varias acciones fruto de los nervios del debut, no jugó en favor de que Azeez se ganara la confianza del entrenador para el resto del curso.
Sin embargo, la sorprendente decisión de la directiva almeriense de no renovar a Gracia para el salto a primera, y dar los galones del club a Francisco Rodríguez, entrenador del filial en las dos temporadas previas, abrió de par en par las puertas del cielo a Ramón Azeez, que prácticamente de la noche a la mañana pasó de jugar en 2ª División B a tener un papel importante en el primer equipo del Almería. En la 3ª jornada de aquella temporada 2013/14, el nigeriano debutaría en la elite del fútbol nacional, en un empate a 2 en los Juegos del Mediterráneo ante el Elche. A partir de ahí, sus galones no hicieron más que crecer, y se convirtió en una pieza fundamental para Francisco, como ya había sido en el filial. Disputó 30 partidos, 21 como titular, marcó dos goles, uno de ellos inolvidable para los aficionados locales, en el descuento ante el Betis, para sacar al equipo de los puestos de descenso en la recta final, y su extraordinario rendimiento le hizo un nombre en la que para muchos sigue siendo la mejor liga del mundo. Definitivamente, Ramón Azeez, todavía con apenas 22 años, un tipo profundamente religioso, comenzaba a ser conocido por hacer muy bien lo que más le gustaba: jugar al fútbol. Empero, sus emolumentos todavía no alcanzaban el nivel ni mucho menos de los de un futbolista profesional. Ahí empezaría a enquistarse un problema que hoy en día sigue en vilo. El jugador mantenía ficha con el filial pese a ser importante en primera. Y, por supuesto, su sueldo no era acorde a su situación real.
Pero el mejor año deportivo de Azeez no terminaría sólo con la permanencia del Almería y su eclosión en la categoría. La traca final llegaría con su inclusión en la selección de Nigeria para el Mundial de Brasil 2014, donde compartiría vestuario, y césped, con el citado Obi Mikel defendiendo los colores nacionales. Nigeria cuajó un aceptable campeonato, pasó la primera fase y se fue a casa en octavos ante un coloso europeo como Francia, ¿Podía pedir más Ramón? Difícilmente. En aquel verano, se dice que el club recibió una propuesta del Swansea de la Premier League para hacerse con sus servicios, algo que se niega desde la entidad, y se vende como una filtración del agente del jugador. En todo caso, ni el club ni el futbolista, feliz en la ciudad andaluza, decidieron separar sus caminos. Aunque la tensión comenzaría a ser palpable en aquel periodo estival.
Pese a sólo jugar un partido en el Mundial, Azeez y su entorno consideraban que era el momento de una revisión en su contrato, que mantenía las condiciones pactadas a la llegada desde su país. Un salario ridículo para un futbolista profesional, inferior a los 2.000 euros mensuales, a años luz de la ganancia media en primera división. Alfonso García, presidente del Almería, consideró que las pretensiones del jugador eran excesivas, y al no alcanzar un acuerdo, se mantuvo lo acordado. Aún con ficha, y condiciones del filial, Azeez se mantuvo en disciplina del primer equipo a todos los efectos, aunque perdió importancia respecto al ejercicio previo. La llegada de Thomas y los galones de Verza en el centro del campo rojiblanco enviaron al nigeriano a un segundo plano, afectado también sin duda por la salida de Francisco del banquillo. Sólo disputó 14 partidos, 10 como titular, en una temporada que acabaría con el equipo descendiendo, tras aquel dramático último partido en casa ante el Valencia.
Con la vuelta a la categoría de plata, sería lógico pensar en que Azeez recuperaría los galones en un Almería que apostaba fuerte por el retorno a la elite. Sin embargo, el pulso se ha mantenido, e ido a más. El nigeriano actualmente milita de nuevo en el filial, pues el club sigue sin alcanzar un acuerdo con él, y al abandonar su condición de sub23 esta temporada, ya no puede alternar ambos equipos por lo que, en caso de debutar en la Liga Adelante, no podría volver a jugar con el `B´. Un caso similar al del burkinés Johnathan Zongo, que también pasó por una odisea similar hasta que firmó su contrato profesional con el club almeriense. Sin embargo, las posturas entre Azeez y Alfonso García siguen muy alejadas. El club considera que el jugador se equivoca, y que, tras prácticamente tirar por la borda el año pasado, este año va camino de repetir. En el entorno del futbolista, no gustan las "formas autoritarias" del presidente. Y a todo esto, el Almería marcha penúltimo, en zona de descenso, y a 15 puntos del ascenso directo, manteniendo aislado en su filial a un jugador que no hace tanto fue poco menos que indiscutible en primera, y que ahora mismo pone en serio peligro su carrera. A veces el fútbol no hay quien lo entienda. Muy especialmente a sus protagonistas.