Pocos pitos y mucho fútbol. El madridismo necesitaba un partido así. Todos. La grada, más vacía de lo habitual, para engancharse. Los jugadores, para tener algo de confianza en un proyecto que miran con recelo. Benítez y Florentino Pérez, para poder dormir con algo más de tranquilidad tras unas semanas convulsas con la goleada ante el Barcelona y la eliminación en la Copa del Rey. Era casi obligado un encuentro como este, que atisbe algo de esperanza a un club al que le crecen los enanos.
Hacía mucho tiempo que el Real Madrid no realizaba una primera parte tan sobresaliente y casualmente, esta gran mejoría se fundamentó en un 4-3-3 con James de interior izquierdo. El esquema más empleado por Ancelotti y hasta ahora, inédito con Benítez. El sistema fue la base del lavado de imagen pero no hubiera servido absolutamente de nada sin la nueva actitud de los jugadores. Con y sin la pelota. Con ella, posesiones largas, con criterio y constantes movimientos de apoyo. Un equipo unido y no partido, sustentado en Modric y James y ayudados por los de arriba que en esta ocasión decidieron participar en la creación y no esperar sólo a la finalización. Sí sumas a todo esto un Getafe indolente y sin orden en defensa, sólo puede tener un resultado: que los jugadores del Madrid se diviertan y por lo tanto, también lo haga el aficionado.
Un Madrid divertido hasta el descanso
No tardó ni un minuto en inaugurarse el marcador. Fue con un centro asombroso desde la banda derecha. ¿Bale? ¿James? ¿Lucas? No. ¡Fue Pepe! El Madrid, gracias a una posesión larga, había metido al Getafe en su área tanto, que el central pudo doblar a Lucas y meter un pase medido a Benzema que sólo tuvo que empujarla. Sin exagerar, pudo haber sido el mejor centro de toda la temporada en el Real Madrid. Marcó el delantero que entre lesiones y depresiones, llevaba dos meses sin hacerlo. Y pudo ponerse las botas. A los cinco minutos, Guaita sacó una gran mano a un cabezazo y al cuarto de hora, Benzema anotó el segundo tras un barullo en el área. Un gol que será muy comentado y con razón. Mientras el equipo lo celebraba, Ronaldo reclamaba un penalti. Total, que el Madrid ya tenía medio partido en el bolsillo a los quince minutos y el partido entero a la media hora cuando Bale anotó el tercero. El autor fue Gareth Bale, con un zurdazo a dos metros de la línea de gol. Lo meritorio de la jugada fue la dejada de Ronaldo. Algo realmente complicado de hacer y ni siquiera de pensar. Un centro pasado al segundo palo y el portugués en vez de tirar a portería, vio con los ojos de la nunca una dejada con la coronilla.
Todos los tantos llegaban tras un fútbol de toque, de precisión, de control con profundidad. Para muchos, el juego denominado "bonito". También hubo tiempo para el otro fútbol, el del contraataque. Así llegó el 4 a 0, al borde del descanso. Ronaldo culminó un gran pase de Kroos a la espalda del lateral. Así se fueron al descanso, con una goleada que necesitaban tanto como Madrid un diluvio. La que trae agua se llevaría la contaminación. La que trae goles, las críticas.
James enamora en la izquierda
No hemos mencionado hasta ahora a dos jugadores que fueron fundamentales en la constancia, regularidad y sin altibajos de la primera parte: James y Lucas Vázquez. El colombiano no tendrá felling con Benítez pero si lo tiene con el fútbol de calidad. James de interior izquierdo, con cierta libertad, es amor a primera vista. ¿Se habrá dado cuenta Benítez que es fundamental? Cuanto más participe en el juego, mejor le irá al Madrid. Bajó, recibió, combinó y desde la izquierda, como ha hecho toda la vida, levantaba la cabeza y ponía la pelota donde quería. Sus centros tienen más peligro que un francotirador
Lucas es otro tipo de jugador pero igual de necesario. Un futbolista que engrandece a cualquier plantilla. Trabaja, espera su oportunidad, calla si no la tiene y la aprovecha cuando le dan minutos. Ahora, por las lesiones en defensa, está jugando de lateral derecho y la verdad, de momento ha hecho que nadie se acuerde de Carvajal o Danilo. Aplicado en defensa, ya tiene mucho ganado para esa posición. Lo vio tan fácil ante la indolencia del Getafe, que era a veces más extremo que lateral.
La segunda parte fue otra historia. El Madrid guardó la ropa y el Getafe sacó su orgullo. Bajaron tanto el nivel los blancos, que hasta el equipo de Escriba se sintió cómodo por momentos. Alexis anotó el tanto del honor en un saque de esquina mal defendido por parte de Pepe y Nacho. La segunda parte fue tan excesivamente placida que hasta volvieron algunos pitos de la grada, exigente con un equipo que todavía no ha completado un buen partido de principio a fin. Hoy es normal. Son muchos lesionados y no había necesidad de apretar. El Madrid gana su cuarto partido consecutivo, no suma jugadores para la enfermería y la primera parte, atisba algo de esperanza. ¿Muchas conclusiones para tener al Getafe como rival? Las mismas que se hacen cuando el Barcelona golea al Getafe, Real Sociedad, Las Palmas o Granada por citar algunos ejemplos. Incluso algún madridista tendrá que pedir perdón por la primera mitad.